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La resignación agorafóbica del Atlético aburre a los muertos

No me cabe en la cabeza que dentro de ese vestuario no haya nadie que un día se levante y monte un cirio descomunal ante lo que está sucediendo.

No me cabe en la cabeza que dentro de ese vestuario no haya nadie que un día se levante y monte un cirio descomunal ante lo que está sucediendo.
La resignación agorafóbica del Atlético aburre a los muertos | EFE

No lo tengo confirmado aún, pero seguramente se esté planteando incluirlo en la RAE. Agorafobia: miedo que tiene el Atlético de Madrid a jugar fuera del Metropolitano. Podría ser una nueva acepción de la palabra, ya que empieza a ser desesperadamente tradicional que el conjunto rojiblanco haga año tras año, partido tras partido, debacles absolutas fuera de su feudo. Y lo peor de todo es que dentro del vestuario se acepta y se consiente.

Si nos vamos a los datos, el Atlético de Madrid ha tirado a la basura todas sus opciones de títulos desde 2021 con sus actuaciones a domicilio. En Liga, en Copa, en Supercopa de España y en Champions. Incluso en el Mundial de Clubes. El Atlético es el rey de su propia casa y la perita en dulce de todo lo que se juega fuera de Madrid. La pregunta es: ¿Nadie va a poner fin a la agorafobia del Atlético de Madrid?

No me cabe en la cabeza que dentro de ese vestuario no haya nadie que un día se levante y monte un cirio descomunal ante lo que está sucediendo. Aunque sea por orgullo personal. ¿Qué pasa fuera de casa? Porque no me creo que todo sea por el planteamiento de los partidos, aunque a veces lo haya sido, porque sobre todo este año el equipo ha salido a ganar en partidos como Cornellá, Mallorca, Camp Nou o San Mamés. De hecho, hasta la derrota de ayer en Bilbao, el Atlético se había adelantado a todos los equipos a los que se había enfrentado. ¿Qué pasa? ¿Nos da miedito mirar a la grada y que no te aplaudan? ¿En casa sí nos ruborizamos porque nos están mirando los nuestros y fuera da igual? ¿No nos gusta viajar? ¿Es culpa de los hoteles? ¿El AVE, los aviones y el bus son incómodos? Lógicamente estoy tirando de ironía, pero me parece inconcebible que esto se permita en un club como el Atlético de Madrid.

Ojo, la afición rojiblanca no pide que se gane la Liga todos los años. Que nadie se esconda cómodamente bajo esa premisa. Se pide una serie de mínimos y uno de ellos es sentir que jugar fuera de casa no es un trauma psicológico constante. Y no, no me creo las palabras de Simeone en rueda de prensa cuando dice que salvo los grandes, que tienen jugadores diferenciales, el resto de equipos sufre a domicilio. El Villarreal no es el Barcelona o el Real Madrid y saca sus partidos fuera de la Cerámica. Hasta siete equipos llevan más victorias a domicilio que los rojiblancos en Primera División. Además, no hagamos trampas al solitario. Que el Atlético no gane a prácticamente nadie fuera de casa en los últimos meses/años no es por falta de jugadores diferenciales sino por otros problemas más importantes. Es como la resignación que hay con las jugadas a balón parado. ¿Nadie se cansa de repetir 100 veces los mismos errores? ¿Nadie se enfada ahí dentro? Parece que no.

Respecto al partido en San Mamés, poco le puedo pedir al equipo a nivel de esfuerzo. Físicamente lo dejaron todo. Pero lo que tampoco se puede permitir es que en el Atlético se dé normalidad a rachas de meses sin jugar bien. ¿Qué pasa con Julián Álvarez? Porque estamos en una situación de desaparición tan grande que ni el agente se atreve a volver a salir en los medios subastando a su representado. ¿Dos meses sin jugar bien? ¿Un gol en los últimos 9 partidos ligueros? No sé, mi confianza en Julián es eterna porque me parece un genio que acabará volviendo, sin embargo, si tenemos que soportar cada dos por tres frases como «el Atlético le queda pequeño a Julián», como mínimo que haya datos que sostengan esta soberana mentira.

El Atlético cansa. Aburre. Y la mayoría de las veces lo hace por los mismos problemas. Por eso el hastío es mayor. No es normal, lo mires por donde lo mires, que un equipo sea sobresaliente en casa y paupérrimo fuera. No todos los días juegas en Anfield, el Emirates o el Spotify y aún así se pierden puntos. ¿Hasta cuándo se va a permitir esto? Lo sé, he hecho infinidad de preguntas en esta columna y pido perdón por ello. No lo puedo evitar a día de hoy. Ahora bien... ¿Han escuchado a alguien en el Atlético contestar a estas cuestiones con algo que vaya más allá de «lo estamos trabajando»? La respuesta es no.

En fin, siento por ustedes que me leen que las palabras poco más que sirven para desahogarse y ya está. De hecho es un constante Deja Vu analizar al Atlético de Madrid. Me vengo repitiendo año tras año con las mismas cuestiones. No duden de que puedo escribir trilogías con las columnas en las que he mencionado las derrotas fuera de casa, la inoperancia a balón parado y la falta de soluciones ante estos problemas. Ríete tú de Tolkien con el Señor de los Anillos. Y como digo siempre, esto no es cosa de una sola persona. Aquí están fallando todos. Simeone, el cuerpo técnico, los jugadores, los de arriba... Y lo peor es que o les da igual a todos o lo parece. Uno se agarra al "seguir trabajando" y los otros se ocultan bajo el que dice estas palabras. No es agorafobia lo que tiene el Atlético, señoras y señores, que nadie les engañe. Es una flagrante y desesperante resignación. Y resignarse no se trabaja, Cholo. Resignarse se destierra.

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