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Las Charetas, "Charos" dedicadas al blanqueo de ETA

Esta nueva versión de Las Charos, ahora Charetas, no sólo no blanquea a ETA porque reconoce que mata, aunque poquito.

Esta nueva versión de Las Charos, ahora Charetas, no sólo no blanquea a ETA porque reconoce que mata, aunque poquito.
La presentadora Inés Hernand en Operación Triunfo hablando de ETA | Vídeo X de OT

Precisemos primero. Las Charos no son un invento de las pérfidas y oscuras derechas. Lo digo porque muchos incautos o ignorantes pueden creer que bajo esa denominación se esconde el penúltimo intento conservador o facha para reventar el feminismo o feminazismo. No, no. Eso de Las Charos fue una ocurrencia de Irene Montero y su ministerio de Igualdad antes de ser fulminada por el desastre de la Ley del Sí es Sí, entre otras razones . Vean la prueba visual aquí.

Tras comprobar que, gracias a esa campaña publicitaria, lo de Las Charos se convirtió en un pitorreo nacional, encargaron un estudio para informarse del uso de tal expresión en la sociedad española y terminaron abjurando de ella porque se había vuelto contra sus promotoras para terminar caracterizando a ese grupo de mujeres que parecen no querer amar a los hombres. Ellas mismas lo admitieron: "Así, Barbijaputa escribía en X: "Ya tenemos nueva forma de llamarnos entre nosotras: CHARO".

En la primitiva campaña publicitaria, una señora mayor, Charo, tras comprobar que ni marido ni hijo ni la nieta ni nadie le ayudaban en la preparación de la cena de Nochebuena, se quita el delantal, trama una venganza, deja el pollo en el horno a máxima temperatura y se pone a descansar, a beber y bailar provocando el pánico en unos hombres inútiles y vagos que tratan de apagar el fuego con escaso acierto y pésimos resultados.

Pero incluso entonces, aquella Charo ideológica se sentaba finalmente junto a su marido y le ponía la mano en el hombro, sin acritud manifiesta. Tras aquella simiente, inexplicable en una sociedad muy diferente a la presentada en el panfleto ministerial, nacieron Las otras Charos, que terminaron ganando "el relato" en las redes sociales. ¿Quiénes eran éstas?

Pues en el libro de Miguel Ángel Quintana Paz, Cosas que ha aprendido de gente interesante, se aportan algunas glosas sobre ellas. Por ejemplo, la de Beatriz Miranda que dice que una Charo es "una tipa ajada de izquierda. Ojo que no tiene que ser vieja: puedes ser «Charo» con veintinueve. La condición es estar maltratada por la vida y refugiarte en un izquierdismo lobotomizante. Suele ser funcionaria, pero no siempre. Divorciada las más de las veces. Fumadora de Marlboro light, da la turra con el 8-M como si ella fuera la única que entiende el feminismo y es ideológicamente cerrada, aunque vaya de lo contrario. Lideresas de las «Charos»: Almudena Grandes, Adriana Lastra, Maruja Torres, Elvira Lindo, Julia Otero..."

Añade Quintana[i] que las Charos son el primer grupo votante del PSOE y que "la Charo prolifera sobre todo en España (lo que ayudaría a explicar nuestro PSOE state of mind): seríamos «el Estado Charo por antonomasia: la charocracia». "Ellas saben, ellas conocen, ellas son titanas de la ética y la moral. Ellas sí. Tú no." "Y punnnnnnnto."

La sorpresa de estas Navidades es que algunas adelantadas de estas Charos, convenientemente situadas en tertulias televisivas de gran audiencia, han dejado la cocina, el pollo y los polvorones encima de la mesa y han decidido dedicar su energía al blanqueamiento moral de ETA de una forma bien clara pero poco astuta. Son las que voy a llamar "Las CharEtas", que han dejado dos perlas para la historia universal de las infamias que aún no se ha escrito.

Una de ellas, ni su nombre merece la pena ser consignado, ha llegado a decir que en realidad el abertzalismo etarra era pacifista. Como ya le ha contestado en estas mismas páginas y ondas Iñaki Arteta, que ironiza sobre la concesión del Premio Nobel de la Paz, pongo yo por ejemplo, a Otegui o a Josu Ternera, o a Chapote, los pobres ellos, tan víctimas nuestras…Pero, claro, está el Principio de Asimetría de la Estupidez, que enuncia que cuesta mucho más refutar una estupidez que producirla, así que no, no merece la pena gastar más tiempo.

Pero la otra CharEta, de cuyo nombre sí me voy a acordar, Alejandra Martínez Velasco, colaboradora de Canal Red, la cadena de televisión de Pablo Iglesias, y de TVE, qué coincidencia, llegó a decir en esta última plataforma pública que la "gestión sanitaria" de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, "mata más que ETA. Es así, es radicalmente real".

Que el PP que dirige Ayuso hace mucho más daño a los socios del monstruo que gobierna que otros PP, que hay varios, es indudable. El que les hace pupa es el PP de las mayorías absolutas y discurso firme sin merengue centrista. El poder teme al poder, no a los pusilánimes. De ahí la metralla que vierten sobre su presidenta, una y otra vez, de manera incesante e inmisericorde, perdiendo una tras otra todas las batallas.

Pero difundir esa barbaridad que convierte a Madrid en la capital mundial del crimen sanitario, es, además de un presunto delito de calumnias e injurias tipificado en el Código Penal, que espero sea aplicado tras la necesaria querella de los aludidos, una estupidez mayúscula.

Esta nueva versión de Las Charos, ahora Charetas, no sólo no blanquea a ETA porque reconoce que mata, aunque poquito, sino que para dañar a Ayuso, su bestia negra, acusa sin pruebas a médicos, a enfermeros, a auxiliares, a limpiadores, a administrativos y a todos los que componen la Sanidad madrileña, cuando menos de complicidad y convierte a Madrid en capital del crimen sanitario. Como en el caso de la Charo navideña de Irene Montero, ya verán cómo de nuevo el tiro les va a salir por la culata.


[i] Filósofo moral y Director académico del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) en su sede de Madrid.

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