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¡Predicciones electorales!

El PSOE da por perdida la batalla de Extremadura. El PP duda sobre el porvenir de su candidata. Y VOX espera los mejores resultados.

La indeterminación última de la sociedad, clave de toda experiencia democrática, está herida en Extremadura. Los resultados de la elección del próximo domingo son tan predecibles como injustificada fue su convocatoria. Pocas enseñanzas pueden extraerse de lo que ocurra el domingo en las elecciones autonómicas de Extremadura. Sin embargo, algunos aspectos de este proceso electoral pueden ser relevantes para el futuro. La chulería de la señora del PP convocando elecciones, despreciando posibles pactos con VOX, solo es comparable a la impostura de Sánchez poniendo como número uno de la lista socialista a un señor imputado por la justicia. Solo por eso, porque los políticos profesionales del bipartidismo juegan con los ciudadanos, deberíamos tomarnos con cierta dejadez el rollo de esta elección. Ganarán los mismos partidos que triunfaron en los anteriores comicios. El perdedor será otra vez el PSOE. Algo parecido podrá decirse muy pronto sobre las elecciones en Aragón, donde un presidente autonómico, que tiene buenos tratos con un paracaidista de la política que le dio a Sánchez un gobierno nacional, ha convocado elecciones para febrero sin otra justificación que no pase por demonizar a VOX.

La estrategia adoptada por los dirigentes «nacionales» del PP no solo es discutible, sino que también podría volverse contra ellos. Pero allá el PP con sus chanchullos partidarios, o sea con poner delante los intereses del partido a los de la nación. Tratan de desgastar a Sánchez, dicen estos listos, como si no estuviera ya suficientemente quemado. Cualquier cosa es buena para los del PP, salvo hacer una moción de censura en el Congreso. Tampoco contemplan la posibilidad de cortar todos los lazos que tienen con el PSOE en España. Menos aún se plantean cuestionar que el PSOE forme parte del núcleo duro del grupo los populares en la UE… Todo en el PP es políticamente correcto. Solo esperan que les llegue el poder por desgaste del adversario.

Las elecciones de Extremadura, sí, eran tan innecesarias para los intereses generales como serán el próximo año las de Aragón. En verdad, ninguna elección al rollo de las Autonomías deberían ser tomadas demasiado en serio para la gobernabilidad de la Nación. ¡La Nación! He ahí el problema. Para los del PP como para los del PSOE la Nación es un asunto de segundo orden. Se agarran a la Constitución como un clavo ardiendo, o mejor, como a una navaja trapera para utilizarla contra todos aquellos que mantenemos que las Autonomías son el cáncer de España. En fin, mientras no se reforme por entero el Título VIII de la Constitución, no hay más remedio que darle categoría de "gobierno" a lo que no son otra cosa que elecciones a mesogobiernos regionales dependientes, o mejor, tendrían que ser siempre dependientes del Gobierno central.

En este contexto desgraciado de España, donde el Estado de Partidos desprecia el Estado-Nación, la cosa de Extremadura es sencilla de analizar. Digamos lo esencial sobre los líderes, los partidos y los discursos en liza. Los perfiles de los cabezas de lista, o sea de los líderes, son fáciles de describir. El candidato del PSOE es un imputado por la Justicia. La candidata del PP fue la principal culpable de que el PP no sacara la mayoría suficiente en las elecciones generales del 2023. El candidato de VOX parece un tipo normal, pero le está haciendo la campaña Santiago Abascal. Los otros partidos no cuentan. El PSOE da por perdida la batalla de Extremadura. El PP duda sobre el porvenir de su candidata. Y VOX espera los mejores resultados. Los discursos de la campaña electoral, si dejamos aparte el de VOX, son fáciles de retener. Los socialistas repiten como papagayos que, frente a los fachas, siempre estará el PSOE. Es un vulgar engrudo de partido totalitario. El PP no asiste a los debates con los otros candidatos y anuncia en plena campaña electoral, se dice pronto, paguitas y sinecuras para los autónomos, y promete dar el carnet de conducir gratis para los jóvenes. ¡Qué horror! Mientras tanto, los de VOX, o sea, Abascal sobresale porque apela a la nación, a la soberanía nacional; dice lo mismo en Extremadura que en Murcia y Cataluña…

Con esos pocos datos a la vista, y sin ánimo de hacer demagogia, o sea de reducir la complejidad de un proceso electoral a una obviedad, parece que los resultados son bastante predecibles. La cosa se juega entre VOX y PP. Solo resta una preguntita: ¿sacará mayoría absoluta el PP?, o mejor, ¿para qué ha convocado elecciones la señora Guardiola? Quizá para mostrar músculo partidario. Es posible. Pero algo le ha salido mal, pues parece indiscutible no solo la subida de VOX, sino que el liderazgo de Abascal sale muy reforzado. VOX, sí, tiene un discurso nacional para sacar a este país de la ruina.

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