Menú
Adrián Dupuy

Casado y el aborto

¿Por qué os enfadáis tan agriamente si os recuerdan lo que significa abortar?

El revuelo mediático con este tema me ha recordado la frase "Ladran, luego cabalgamos", que no es del Quijote sino de un poema de Goethe, que popularizó Rubén Darío y que perfectamente puede aplicarse a este caso.

Veamos la cabalgada y los ladridos. Lo que sigue es un intercambio entre un periodista y el candidato del PP, Pablo Casado:

–¿Cuál es exactamente la propuesta del PP respecto a la interrupción del embarazo?
–En el tema de Franco y del aborto no vamos a caer en el señuelo de la izquierda, que tiene un objetivo claro, como con la eutanasia. Soy padre de un cincomesino y tuvimos una amenaza de parto en un tramo en el que se podía abortar libremente. Creo que es bueno que las mujeres embarazadas sepan lo que llevan dentro: una vida autónoma.

–¿Derogará usted la ley de plazos del aborto, de 2010?
–Es que no es tan sencillo.

–Es tan sencillo como eso. Ahora hay aborto libre hasta las 14 semanas.
–No es tan sencillo. Lo importante es que, a través de una ley de apoyo a la maternidad, ninguna mujer que está ante el abismo de utilizar la decisión de interrumpir su embarazo la tome por presión de su pareja, de sus padres, por falta de recursos o por desconocimiento, sea en supuestos o en plazos. Para mí, el aborto nunca es un derecho, sino un fracaso.

Las reacciones a estas palabras han sido las siguientes: Celia Villalobos, perejil de todas las salsas y próxima contertulia de La Sexta, entra al trapo contra su presidente y dice:

Las mujeres somos muy conscientes de lo que significa un embarazo y de lo que significa también tener que abortar. No necesitamos que un hombre venga a contárnoslo.

Ante lo que pregunto… ¿por qué os enfadáis tan agriamente si os recuerdan lo que significa abortar?

El televisivo Gran Wyoming también se ha sentido ofendido, y desde su atalaya de divulgador científico le advierte:

Señor Casado: una mujer no necesita saber lo que lleva dentro, se ha quedado embarazada, no se ha comprado un Kinder Sorpresa (…) le recuerdo que un feto no es un ser autónomo, y para saber esto no hace falta recurrir a la ciencia sino a la lógica.

La vicepresidenta Carmen Calvo califica de "graves y ofensivas" las palabras de Casado:

Rayan lo ofensivo en tanto en cuanto se nos vuelve a considerar inconscientes e irresponsables de nuestra propia conciencia vital y de nuestras propias vidas.

Y finalmente Margarita Robles; ¡nada menos que la magistrada Margarita Robles! "Me sorprende que un hombre tan joven sea tan retorcido desde todos los puntos de vista", ha dicho la ministra de Defensa antes de acusar al presidente del PP de "favorecer sólo la crispación y la confrontación". "Es un hombre que todo lo que está haciendo es favorecer la crispación y la confrontación insultando permanentemente a las mujeres".

Ante estos ataques, me froto los ojos y vuelvo a leer las palabras de Casado, a ver si las he leído mal… porque no veo nada de insultante, retorcido, crispado u ofensivo… ¿Por qué, entonces, ha molestado tanto? ¿Por qué tanto ruido?

Quizá sea porque estemos en periodo electoral y estos políticos sean como aquel personaje de Bearn, diputado de Cortes, que era "experto en la semifácil pirotecnia de los fuegos fatuos", muy sonoros y tremebundos, pero que rápidamente se desvanecen. Pero también puede ser porque la verdad duele y es mejor cerrar los ojos y convencerse de que el aborto no es lo que es, y mejor calificarlo eufemísticamente de "interrupción del embarazo" y matar al mensajero a base de insultos.

Me limito a acudir al filósofo Julián Marías, que no era ningún hooligan, y que escribió repetidamente sobre el aborto. Recordaba que, en el aborto, sus adeptos actúan

como Hamlet en el drama de Shakespeare, que hiere a Polonio con su espada cuando está oculto detrás de la cortina. Hay quienes no se atreven a herir al niño más que cuando está oculto –e pensaría que protegido– en el seno materno.

(...) Otra hipocresía, aún más refinada, es la que pone plazos. En los primeros tres meses, por ejemplo, está muy bien; en el segundo trimestre es menos simpático; para el último hay algunos reparos. Es exactamente como si se dijera que es lícito disparar contra una persona que se acerca a nosotros, siempre que esté a más de veinte metros; si está a menos de diez, hay que pensarlo un poco más; si ha llegado a sentarse a nuestra mesa, es sumamente enojoso.

Lo inadmisible es que un poder se atribuya el derecho de atentar contra la vida de la persona que está en camino hacia su completa realización, o que reconozca ese derecho a los individuos, favoreciendo así lo que en mi opinión es lo más grave que ha ocurrido en el siglo XX: la aceptación social del aborto, incluso la creencia de que es un avance o un progreso, y no una regresión a formas más oscuras de la historia, como la tortura judicial o la esclavitud.

Comparto que es lo más grave que ha ocurrido al hombre en el siglo XX: la aceptación social del aborto. Por eso a quien ha terminado aceptándolo le molesta sobremanera que le rompan su zona de confort y le recuerden lo que es, y prefiere atacar, insultar, prohibir, antes que reconsiderar su posición.

Vistas las reacciones, no descarten que en el futuro pretendan tipificar como delito de odio el opinar en contra del aborto, y, de paso, privar post mortem a don Julián Marías de su Premio Príncipe de Asturias de Humanidades… por "retorcido" y por "insultar" a las mujeres…

¡Qué escándalo! ¡Viva el pensamiento único!

Temas

En España

    0
    comentarios