Menú
Agapito Maestre

De fracaso en fracaso

Su partido irá de fracaso en fracaso, ojalá me equivoque, pero él convertirá las derrotas de Galicia, País Vasco y Europeas en las principales bases de su triste liderazgo.

De fracaso en fracaso, según Rajoy, puede llegarse a la victoria final. El presidente del PP ha convertido el fracaso de su partido en el fundamento de su éxito personal. El PP ha perdido dos elecciones generales, pero él sigue al frente del PP; más aún, nadie crea que la conducta de Rajoy cambiará porque en las próximas elecciones autonómicas o europeas el PP siga perdiendo. Por el contrario, y aunque resulte paradójico, mientras el PP siga siendo derrotado por el PSOE, la posición de Rajoy estará asegurada. Los fracasos de su partido seguirán conformando el salvoconducto para que Rajoy siga en la presidencia del PP. En serio, háganme caso, mientras que el partido de Rajoy se prepara para perder en las próximas contiendas electorales, su primer dirigente se asegura la permanencia en el cargo. Así de listillo es Rajoy. ¿Gallego? No, listillo. Está degradando su liderazgo hasta límites insospechados en nuestro entorno, y de paso acabando con el partido, pero sus compañeros miran para otro lado. Terrible.

Unas declaraciones de Rajoy a El Correo Gallego aclaran la base de su "listeza". Las elecciones autonómicas, ha venido a decir el candidato del PP, nada tienen que ver con las generales. Puede que el PP de Galicia pierda las elecciones gallegas, pero eso no afectará para nada, ha dicho Rajoy sin ningún tipo de rubor, al candidato a la presidencia del Gobierno en las próximas generales. Cada elección tiene su clave. Y, naturalmente, la clave de las gallegas, según Rajoy, nada enseñará a la dirección del PP que no sea confirmar a su máximo dirigente en su puesto de vigía y guía de la derecha española. En todo caso, tendrá que dimitir Núñez Feijoo. Rajoy siempre debería de salir ileso.

Bravo, por el señor Rajoy. Este político, una vez más, me ha confirmado lo que vengo manteniendo sobre su pobre liderazgo en el PP. Su partido irá de fracaso en fracaso, ojalá me equivoque, pero él convertirá las derrotas de Galicia, País Vasco y Europeas en las principales bases de su triste liderazgo, sencillamente porque cada elección tiene su clave, a saber, no pierde Rajoy sino el candidato que se presenta. Agudeza y gramática parda rebosan sus palabras. "Yo no me voy a presentar", repite Rajoy de varias maneras en la entrevista; por lo tanto, digo yo, que asuma el resultado el perdedor. ¿Se imaginan que todos los responsables regionales asumiesen su responsabilidad imitando a Rajoy o al vicesecretario Arenas? ¿Cómo llamar a esa conducta? ¿Treta de gentes sin grandeza? ¡Qué más da!

Lo importante es descubrir al último responsable de este engaño y enfrentarlo. Resulta obvio afirmar que el principal culpable de esa miseria ideológica es Rajoy. Sin embargo, no nos engañemos. La causa final de que Rajoy, un dirigente sin estrategia apropiada para seguir la traición a la nación española que ha programado el PSOE para mantenerse en el poder, y por supuesto sin apoyo de los nacionalismos –¿cree alguien que porque el PP hable con el BNG éste le va a dar sus votos?–, se mantenga en el poder de la oposición no es otro que pobre sistema político aprobado en la transición, que hace a los partidos políticos mayoritarios máquinas trituradoras de una democracia normal.

Sí, sí, Rajoy, junto a Zapatero, son capaces de bloquear ellos solitos el sistema democrático, simplemente porque hay un mecanismo electoral de listas cerradas y bloqueadas. Listas, en efecto, que elabora a su gusto y manera el propio Rajoy, en este caso ayudado por el jefe de todos los listos y listas: el todopoderoso Javier Arenas. He ahí la principal causa de la crisis del sistema político español. Mientras eso no se reforme, tendremos que soportar a estos profesionales del poder incapaces de autolimitarse en sus cargos aunque sus partidos pierdan elecciones tras elecciones.

En España

    0
    comentarios