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Agapito Maestre

Las risas de Rajoy e Iglesias

El poder por el poder. El poder es para ellos y punto. El resto no importa.

El País ha conseguido retratar el poder. El País ha sacado en portada a Mariano Rajoy dándole la mano a Pablo Iglesias, los dos se sonríen cariñosamente, ante la mirada extasiada, acompañada de sonrisa placentera, que dirige la número dos de Podemos, la señora Bescansa, a su paisano, y quién sabe si amigo, Mariano Rajoy Brey. He ahí tres sonrisas y un solo objetivo: el poder. El poder de que no se forme Gobierno hasta que no haya unas nuevas elecciones. Ellos se echan unas risas a costa de todos los contribuyentes. Saben que tienen la llave para que la actual situación de desgobierno (sic) en funciones llegue, por lo menos, hasta septiembre de 2016. Se ríen de su maléfico poder. Estos tres sujetos nos harán morder el polvo a todos los españoles. Son tres representantes típicos en nuestra época de los hombres poderosos de la reciente historia española. Son tres arquetipos de la miseria política de nuestra época. Son, sí, las cosas, como diría Ortega, según su ineluctable realidad. Son políticos que niegan la política.

Son, hoy, estos tres políticos los genuinos herederos de quienes siempre despreciaron el poder instituyente del pueblo. Desprecian por entero la capacidad que puedan tener otros partidos políticos para formar gobierno. Son, sin duda alguna, los principales depositarios de aquellos políticos españoles del pasado que maltrataron siempre el poder político surgido de la palabra y la negociación entre diferentes partidos. Son gente que no quiere saber nada de otras propuestas políticas; si no son ellos quienes las determinan, no quieren ni siquiera oír hablar de ellas. Esta gente se considera a sí misma por encima de todos. Son esos personajes que creen que su capacidad de veto está al margen de cualquier consideración política. Son quienes se niegan a negociar nada que les impida a ellos perder poder. Solo saben decir no. Son los arquetipos del no.

Rajoy, Iglesias y Bescansa son los mejores representantes aquí y ahora de arquetipos españoles clásicos. El general Primo de Rivera, Margarita Nelken y Franco, junto a otro montón de políticos que no creían en la política, también aparecían sonriendo, como los tres de la foto de El País. Reían para ocultar su negativa a repartir el poder. Sus sonrisas siempre fueron presagios, premoniciones y anuncios de sus perversidades. El saludo afectuoso entre Rajoy e Iglesias, bendecido por la mirada cariñosa de Bescansa al presidente de Gobierno en funciones, en la sede de la agencia EFE, representa la antitesis del proyecto de Gobierno presentado por Sánchez y Rivera en el Congreso de los Diputados. Estos tres arquetipos están muy conjuntados y saben muy bien cuál es su objetivo: el poder por el poder. El poder es para ellos y punto. El resto no importa.

Y si hay que cortar cabezas y más cabezas en sus respectivos partidos para mantenerse en el poder, se hace con todo desparpajo y no pasa nada. En efecto, por encima y por debajo de la fotografía de esos tres arquetipos de sonrisas poderosas, casi anuncios de crímenes venideros, aparecen los dos titulares principales sobre el PP y Podemos. Son titulares horrorosos para quien crea en la política. Rajoy, o sea, "el PP expedienta a Barberá y a toda su cúpula en Valencia", y Podemos, o sea, "Iglesias hace limpieza en Podemos para evitar la revuelta interna. Iglesias destituyó al responsable de Organización nacional". En fin, como Franco, cuando enfrentaba a los falangistas con los demócratas cristianos o así… Y todo con muchas sonrisas.

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