Entre el fanatismo y la desmoralización, entre la ideología y la búsqueda de la verdad, la mayoría de la ciudadanía española no cree que el 28-A se despejen las dudas sobre el futuro de España. Aunque contempla con optimismo la pluralidad de tendencias en el arco liberal y centrista, la ciudadanía más desarrollada de España intuye que la mayoría de los políticos profesionales no cumplen con su destino. No tienen raíces ni determinación para hacer sentir a los ciudadanos que sus actos y pensamientos son necesarios. Irrevocables. Cuanto más exageran los gestos, sí, menos creíbles nos parecen sus propuestas… Nadie tiene una idea exacta de lo que pasará el 28-A. Eso se llama indeterminación democrática. Es la sal de las sociedades divididas. Democráticas.
Pero la encuesta del CIS trata de acabar con nuestras pocas esperanzas y nos da resuelto el enigma. Los resultados de la encuesta de Tezanos son los deseados por Sánchez. Dos datos destacan sobre los demás: el PSOE sería el partido gobernante, más o menos como está ahora o quizá con los votos de Cs, y nunca pasaría de 155 diputados la suma de escaños del PP, Cs y Vox. ¿Son creíbles esas conclusiones? A la vista de lo que sucedió en Andalucía, este montaje del CIS, que seguramente desprestigiará aún más a los profesionales de este instituto, parece un poco burdo.
Pero el asunto no es que sea una encuesta manipulada para inducir el voto al PSOE, pues que eso forma parte del tinglado institucional, sino que no se la cree ni el propio Tezanos, quien ha llegado a declarar, a las pocas horas de hacerse público el resultado, que no se imagina que el PP baje tanto como él certifica en la encuestas. El colmo. El director de la encuesta pone en cuestión su trabajo. Sí, el sociólogo Tezanos, imitando al peor de los modelos del político profesional, considera que se puede decir una cosa y la contraria sin necesidad de justificar el cambio. Todo sería una pura invención, en el peor sentido de la palabra. Falso.
Sin embargo, esta falsedad, fruto del capricho liviano del director del CIS, es la más valiosa arma de la campaña electoral de Pedro Sánchez. Eso es lo relevante. La cuestión para la Oposición es cómo combatir con eficacia la encuesta y la palabrería de Tezanos.