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Amando de Miguel

Correos veraniegos

Madrid es la única gran capital europea sin río navegable o puerto. Pero tiene su encanto, sobre todo en verano cuando se despuebla de aborígenes.

La creencia general asocia el verano con tranquilidad. Sin embargo, se prueba que los veranos concentran todo tipo de conflictos, violencias y desastres. A pesar de lo cual, los correos que recibo son particularmente amables y jocundos. Será la ley de las compensaciones.

José Antonio Martínez Pons - desde su retiro estival en Ponferrada- me envía una simpática nota crítica sobre un reportaje de TVE en el que se representa un episodio de la Guerra Civil. Se trata de la hazaña de un submarino republicano que rompió el cerco al que estaba sometida Menorca por los franquistas. Todo fue para llevar un paquete de cartas. Observa el mallorquín el cuidado que han puesto los realizadores del reportaje en que se hable en menorquín. Pero alguno de los personajes dice "sellos" y no "segells". Añado que otro habla de “barcos” y no de “vaixells”. Otra cosa. Las sacas de Correos figuran con la bandera española de toda la vida, no la republicana. Lo que no entiendo es la “hazaña” del submarino para llevar una caja de cartas. ¿No habría sido más práctico llevar azúcar o leche condensada?

Ignacio de Despujol y Coloma me acompaña un precioso artículo -digno de César González Ruano o de Jaime Campmany- en el que se canta las excelencias de veranear en Madrid. Añado que es la única gran capital europea sin río navegable o puerto de mar, sin catedral antigua. Pero tiene su encanto, sobre todo en verano cuando se despuebla de aborígenes.                    

Jaime Lerner (israelí argentino) me envía un cariñoso recuerdo desde su ipad (¿no será ya aypaz?), postrado como está el hombre después de una intervención quirúrgica. Él mismo se anima con el dicho argentino "yuyo malo nunca muere". El yuyo es una mala hierba de la Pampa. Aquí decimos "la mala hierba nunca muere". Las malas hierbas son las que mejor se adaptan al terreno, sufridas que son. Lo contrario es la flor de invernadero.

José Luis García-Valdecantos me recuerda una frase del profesor Margalef, padre de la Ecología en España: "La Ecología es al ecologismo como la Sociología es al socialismo". La hago mía. Don José Luis me transmite una pequeña historia sobre el bilingüismo. La escena es una misa en San Sebastián. El cura dice la homilía en vascuence, menos esta coletilla final en perfecto castellano: "Os recuerdo que la colecta de hoy es para las necesidades de la parroquia, que tiene muchas deudas".

Capítulo de reconvenciones. A. Rodríguez me advierte que "ferragosto" (que yo decía) no está en el DRAE. Pues estará. Es un italianismo muy común para designar la canícula, los días de más calor. No es el calor; es "la calor".

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