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Amando de Miguel

Lecciones de unas elecciones

La gran sorpresa de las pasadas elecciones castellanoleonesas ha sido el auge de Vox, realmente el verdadero ganador de los comicios.

La gran sorpresa de las pasadas elecciones castellanoleonesas ha sido el auge de Vox, realmente el verdadero ganador de los comicios.
EFE

Los españoles decimos elecciones en plural, aunque se refieran, solo, a un episodio. Se contagian del plural festivo que damos a ciertos acontecimientos jocundos o multitudinarios: procesiones, carnavales, sanfermines, vacaciones.

En este caso, se trata de las elecciones regionales (autonómicas) de Castilla y León. Es una etiqueta copulativa que propicia la secesión de León del tronco castellano. Aunque, bien mirado, los reinos de Castilla y de León se unieron hace ochocientos años No se puede echar en saco roto un hecho histórico de formidables consecuencias. Hace mil años, contra todo pronóstico, Castilla consolidó un nuevo idioma romance, cuando ya circulaban otros (gallego y catalán, sobre todo). El cual, con el tiempo, iba a ser la lengua común de una veintena de naciones. En el mundo, pocas veces se ha registrado una hazaña colectiva de tales dimensiones.

A la pobre Castilla contemporánea ya le quitaron La Rioja y Cantabria en el momento de enunciar la tesis del café para todos como programa de la Transición democrática. Significaba la innovación del Estado de las Autonomías, una etiqueta, extrañamente, inspirada en el modelo soviético. En nuestro caso, se concedió el título de autonomía a todas las regiones para ocultar el hecho de que dos de ella eran verdaderamente autónomas: País Vasco y Cataluña.

Precisamente, una novedad de estas pasadas elecciones es que se ha acentuado el secesionismo virtual de León, Soria y Ávila. Seguirán otras provincias más de la España que llaman vaciada, aunque sería más propio decir abandonada.

Otra interpretación es lo que, en el Reino Unido y en los Estados Unidos de América, se llama roten boroughs o "distritos electorales podridos". (En su día, Manuel Azaña tradujo la expresión como "burgos podridos", y así quedó). La idea corresponde a las entidades administrativas con una representación política superior a la que indica el número de sus habitantes. Aun así, esas unidades geográficas, en España, se sienten abandonadas por los Gobiernos.

Empero, la gran sorpresa de las pasadas elecciones castellanoleonesas ha sido el auge de Vox, realmente el verdadero ganador de los comicios. Se trata de un nuevo partido conservador, crítico del PP, del que se escindió en su origen.

Tanto la llamativa presencia de los roten boroughs como la de Vox significan la superación de la querencia bipartidista (PP-PSOE) y su mecánico turno en los Gobiernos. Las novedades dichas suponen el práctico final de la Transición y el orto de una nueva democracia. Realmente, en la España democrática nos hemos movido con el uso de una especie de bipartidismo imperfecto. Eso se ha acabado.

Asombra el cúmulo de los esfuerzos conscientes, por parte de tantos políticos y comentaristas durante el último año, para no referirse a Vox. El silencio sistemático se ha quebrado con el resultado de las elecciones castellanoleonesas. De repente, ahora, todo el mundillo de la política no para de conceder la voz a Vox, valga la redundancia.

Se comprende el ánimo del PP de esa región para gobernar en solitario. Es más fácil decirlo que hacerlo. Supondría el ocaso del PP, encima, abrumado por las luchas intestinas para disputar el liderazgo de Casado por parte de Ayuso. Estamos ante una lacerante aporía para el PP, el nacional y el castellanoleonés.

Tampoco cabe que el PP castellanoleonés gobierne con los procuradores de las provincias secesionistas. Sencillamente, no dan los números. Pero, sobre todo, esos partidillos provinciales son, más bien, grupos de interés, y acostumbran, además, a girar en la órbita socialista.

La peor salida de la encrucijada sería la de que el PP castellanoleonés convocara nuevas elecciones. Aunque es una razón oculta para que suceda, vista la tendencia suicidógena del PP.

Rizando el rizo, cabría la posibilidad extrema de que se estableciera un gobierno PP-PSOE en la región castellanoleonesa. Todo es posible en esta tierra de garbanzos, especialmente, ahora, en que el Gobierno ha conseguido provocar el cisma del PP nacional.

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