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Amando de Miguel

Los orígenes de las palabras

No me canso de sacar punta a los orígenes de algunas palabras y expresiones.

No me canso de sacar punta a los orígenes de algunas palabras y expresiones. La etimología no es una ciencia exacta; ni siquiera es una ciencia, pero es un saber divertido. Los orígenes de las cosas resultan fascinantes, como se muestra en algunos documentales de La 2. Las discusiones entre los paleontólogos son inacabables, así como las de los filólogos, que en realidad somos todos.

José Antonio Martínez Pons ha rastreado el nombre o apodo de Carracuca en la zarzuela La rosa del azafrán. Pero sospecho que la utilización de ese apodo como elemento de comparación negativa es más antigua que la zarzuela. El nombre es eufémico y propicio al humor. Hay otros muchos: Picio (el feo), Pichote (el tonto), Cardona (el listo). Es inútil buscar la confirmación histórica de a qué personaje original responden.

Luis Palomino sostiene que la expresión "tener ideas de bombero" es una corrupción de otra más lógica: "Tener ideas de bombero-torero". Así queda claro que son ideas ridículas o cómicas. En Madrid se dice también "ideas de casquero” cuando son bastas o simplonas.

Ignacio Frías opina que la simpática frase "que si quieres arroz, Catalina" es moderna, quizá del siglo XX. Así pues, parece un invento la versión popular de una tal Catalina, mujer de un judío converso de León en el siglo XV. Eso creo yo. Seguimos esperando que alguien nos documento el origen de esa frase. Añado que Werner Beinhauer documenta su aparición en un artículo del ABC en 1956, aunque sospecha que empezó a utilizarse 30 años antes.

Luis Cáceres ha encontrado una carta de su abuelo en la que utiliza el símbolo @ para designar una arroba de peso (unos 11 kilos). Ya de paso, don Luis sostiene que lo de bomberos es realmente el acrónimo de la Brigada Organizada Municipal Básica Especializada en Roturas y Siniestros. Tiene gracia.

Pepe Munera me aclara que el símbolo @ se lee en los Estados Unidos como "at" (= en, en el sentido de lugar). Bien, es cosa sabida, pero ese mismo símbolo tiene un origen más antiguo que aquí ha quedado registrado. Otra cosa es que se revitalizara para designar el correo electrónico. Seguramente es hoy uno de los símbolos más utilizados en todo el mundo. Lo que no cabe es adoptarlo como si fuera una nueva letra en expresiones tan tontas como amig@s.

Hablando de símbolos nuevos. Es evidente que en nuestro tiempo se registra una dosis de igualdad social jamás conocida en épocas pasadas. Tanto es así que quizá empieza a ser molesta tanta igualdad, tenida por igualitarismo. Una consecuencia es la búsqueda de nuevos símbolos de desigualdad, puramente formales, aunque tengan consecuencias económicas. Por ejemplo, es algo que se advierte en los vuelos por avión, ahora tan frecuentes y al alcance de todas las fortunas. Ha sido la ocasión para forzar la desigualdad simbólica a través de la business class, la sala VIP, el fast track o la priority (fórmulas para saltarse legalmente la cola de los pasajeros). En esos casos el billete no suele pagarlo el pasajero sino alguna institución o empresa. Esas desigualdades son un poco forzadas, pues los asientos del avión suelen ser iguales para la clase business o la turista. No digamos los chalecos salvavidas y otras menudencias. Otro privilegio de la clase business es que los viajeros reciben ofertas de leer, comer y beber para que las envidien los de la clase turista. Un nuevo elemento de igualdad es que todos los pasajeros hábiles, sean de business o de turista, arrastran con ellos sus equipajes, ahora rodantes. Ya casi nadie viaja con maletas sin ruedas y no digamos con baúles. Da pena contemplar las inmensas salas con las cintas rodantes para los equipajes en los aeropuertos. Otra cosa, no me explico cómo no han dispuesto más lugares para descansar en los aeropuertos, una especie de tumbonas o meridianas para los casos de grandes retrasos, enlaces o huelgas. Solo los he visto en algunas salas VIP; otro privilegio.

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