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Daniel Blanco

Este Barcelona indescifrable

No se acaba de aferrar nadie a una idea clara de partido, pero el grupo del “Txingurri” es líder en España y en Europa.

No se acaba de aferrar nadie a una idea clara de partido, pero el grupo del “Txingurri” es líder en España y en Europa.
Ernesto Valverde pasó por rueda de prensa en la previa del partido contra el Atlético. | EFE

No mereció perder el Atlético el duelo de este domingo en el Wanda y, quizá, no mereció ganarlo el Barcelona. Pero lo cierto es que Messi acertó cuando ya el encuentro se desvanecía, como ha hecho muchas veces, y salvó a Valverde de otra crítica feroz. El técnico, que ya parecía manejar el empate, mirar de reojo a su colega Simeone y firmar las tablas como mal menor, vio como su estrella, la luz de este Barcelona con permiso del guardián de la portería Ter Stegen, se inventaba un golazo de grandes dimensiones. Messi no juega para empatar.

Ha expresado el Barcelona, en ocho días, las diferentes maneras que tiene este año de jugar. Casi siempre con un bajo nivel y sin el tono de otros tiempos. Pero lo cierto es que en Butarque jugó muy mal, ante el Dortmund bastante mejor y en el Metropolitano estuvo muerto 25 minutos, los primeros del partido, para resucitar luego e ir acostumbrándose a la fría noche en Madrid. Son tres días distintos, con sus matices, pero que le han valido al equipo azulgrana tres victorias. Ya quisieran muchos estos altibajos.

Decía Valverde al final del partido que los encuentros hay que valorarlos en conjunto. Tiene razón. Si has conseguido el triunfo habrá más cosas buenas que malas, aunque las malas sean lo bastante groseras para un equipo como este. El Barcelona se desconecta de los partidos con mucha facilidad bien por inercia o bien por el mérito del rival. El Atlético le sacó de quicio durante los 25 minutos más intensos de este año. Quizá por eso hay tanto vaivén en la ciudad condal con la figura de Valverde. No se acaba de aferrar nadie a una idea clara de partido, pero el grupo del "Txingurri" es líder en España y en Europa.

Simeone decía en zona mixta que el encuentro lo ganó Messi. Es reducir al extremo una conclusión de partido, pero la razón le asiste al Cholo. Messi esperó a lo que espera muchas veces en campos grandes, en partidos trabados, que todo se parta cuando está enredado. Eso fue lo que pasó en los últimos doce minutos con los dos equipos de lado a lado buscando una opción, que sólo encontró el astro argentino.

Con permiso del Sevilla que, quizá, caiga poco a poco, ya están Barcelona y Madrid con seis puntos de ventaja sobre el Atlético y con su clásico por disputar. Ya aventajan en tres puntos a una Real Sociedad respetable y en cinco a un buen Athletic, equipos que tendrán que demostrar algo milagroso. Que a 38 partidos, en una carrera larga, pueden competir con los dos grandes. Algo que, lejos de ser sencillo, es implanteable como a los dos portaviones les dé por ser regulares, por tener días malos pero seguir ganando. Algo que sólo se pueden permitir ellos.

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