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EDITORIAL

A vueltas con las catalanas

El caudillo Mas es un problema y un peligro, de ahí que incluso un 35% de los votantes de CiU contemple con recelo un escenario de mayoría absoluta.

Según los datos que arroja la más reciente encuesta de intención de voto para las autonómicas catalanas encargada por La Vanguardia, el "frente soberanista" –así lo califica el diario de conveniencia del Conde de Godó, Grande de España–, conformado por CiU, ICV y ERC, se quedaría con más de dos tercios de los escaños, lo que le permitiría pergeñar las reformas estatutarias que considerase oportunas. Por su parte, PPC y PSC librarían una patética batalla por el segundo puesto –con el permiso de ERC–: juntos sumarían poco más de la mitad (35-36) de los escaños que cosecharía la formación del caudillo Mas (64-66). Por lo que hace a las buenas noticias, prácticamente se limitan al fuerte ascenso de Ciudadanos (más que doblaría su representación parlamentaria) y a la desaparición de la Solidaritat Independentista del impresentable Joan Laporta.

Artur Mas, ejemplo cimero de político incompetente e irresponsable, acaricia la mayoría absoluta pese a su pésima gestión, los escándalos de todo tipo en que está implicado su partido y sus intolerables agresiones a la convivencia. El caudillo Mas es un problema y un peligro, de ahí que incluso un 35% de los votantes de CiU contemple con recelo un escenario de mayoría absoluta. Parece que el aprendiz de brujo va perdiendo imagen y votos. Ojalá la tendencia se consolide y aun se acentúe. Semejante personaje no merece ostentar la Presidencia de una institución que distingue protocolariamente a su máximo representante con el título de Molt Honorable.

En cuanto a PPC y PSC, tienen ante sí un panorama desolador. Hace casi diez años, en las autonómicas de 2003, la suma de ambas formaciones daba por resultado 57 escaños y un 43% del voto; de cumplirse los pronósticos de La Vanguardia, el próximo día 25 populares y socialistas apenas conseguirán reunir 35-36 bancas y un paupérrimo 24% de apoyos. El colapso socialista (¡llegaron a tener 42 diputados en 2003, y ahora las encuestas les dan como mucho 18!) es digno de estudio multidisciplinar, pero igualmente merece ser sometido a examen el caso del PPC, que jamás, ni en los peores momentos de PSC y CiU, ha conseguido alcanzar un modesto 15% del voto, porcentaje que suele superar sin problemas cuando se presenta con las siglas PP en las elecciones generales: sin ir más lejos, en las del año pasado obtuvo un 21%. Si los de Alicia Sánchez-Camacho finalmente superan por unas ínfimas décimas al PSC, moribundo suicida, ¿serán capaces de venderlo como un éxito?

Por lo que hace a Ciudadanos, está haciendo una campaña extraordinaria, muy dinámica y desacomplejada. Sube y sube la formación de Albert Rivera, a la que el diario de conveniencia se permite motejar de "anticatalanista" –no define a ninguna otra, ya es casualidad–. Que sea enhorabuena y sirva de muy seria llamada de atención a PPC y PSC; incluso a CiU, no en vano la encuesta que venimos comentando detecta un pequeño trasvase de voto convergente a C's.

Un último apunte, sobre un dato relevante pero que corre el riesgo de pasar inadvertido, o quizá sea su propio relieve lo que juegue en su contra a la hora de alcanzar la publicidad que merece: según la referida encuesta, la situación económica es la cuestión que más tendrá en cuenta una gran mayoría de votantes (62%), en tanto que sólo el 27% acudirá a las urnas con la idea de abrir un proceso para separar Cataluña del resto de España...

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