Unidos Podemos es el gran perdedor de la noche electoral, en un fracaso sin paliativos que deja muy tocada a la formación de Pablo Iglesias y a su propio líder. A pesar de la suma de una Izquierda Unida que se ha inmolado para nada, los de Iglesias no han logrado ni un solo escaño más y, de hecho, si en diciembre se hubiesen presentado juntos habrían tenido 14 diputados más. Pero es que además, han perdido más de tres puntos de voto: en la anterior ocasión la suma de Podemos, las distintas confluencias e IU alcanzaba un 24,32% y ahora se ha quedado en un pírrico 21,1%.
Ni siquiera con todas las encuestas a su favor y con el sorpasso como una realidad que ya todo el mundo daba como hecha Unidos Podemos ha logrado ser el partido que lidere la izquierda en España, lo que es una excelente noticia no porque el PSOE sea un partido que merezca una gran confianza, pero sí porque supone el frenazo de un proyecto bolivariano y totalitario y muy extremista, cuyo ascenso al poder ponía en riesgo no sólo la prosperidad en nuestro país, sino las libertades básicas de los españoles.
Hay que reconocer también que los resultados electorales suponen un éxito incontestable para Mariano Rajoy y el PP. Los populares han tenido 14 escaños más que en diciembre, con más de cuatro puntos más de porcentaje de votos.
Aún así, Rajoy no tendrá fácil formar gobierno y necesitará, como mínimo, el apoyo de Ciudadanos, pero resultará difícil que el popular no siga en la Moncloa, sobre todo ante la perspectiva de unas nuevas elecciones, las terceras, que serían percibidas como un descomunal fracaso colectivo por toda la ciudadanía.
Pedro Sánchez es el otro gran triunfador de la noche pese a haber perdido cinco escaños: el PSOE ha logrado mantenerse como la gran referencia en la izquierda por encima de Pablo Iglesias y como líder de la oposición. Era la segunda ocasión en la que líder socialista parecía muerto políticamente y, por segunda vez, ha logrado resistir.
Por último, pese a que el castigo en escaños ha sido notable, el resultado de Ciudadanos no puede ser calificado como un fracaso: en una campaña muy polarizada y con prácticamente todo en contra los de Rivera han logrado perder menos del uno por ciento de sus votos y mantenerse como un partido que puede ser clave en la formación de gobierno y, sobre todo, que ya ha consolidado un importante espacio político que será muy necesario para el futuro de nuestro país.