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EDITORIAL

El alarmismo se contagia con más facilidad que el ébola

Es responsabilidad del Gobierno evitar que esa lógica preocupación derive en injustificado alarmismo ante un virus de tan difícil contagio.

Habida cuenta de que se trata de la primera infección originada fuera de África, es lógico que el caso de la auxiliar de enfermería esté concitando tanta atención y se reclame una investigación a fondo que aclare lo más rápidamente posible lo ocurrido.

Ahora bien, es responsabilidad del Gobierno evitar que esa lógica preocupación derive en injustificado alarmismo ante un virus que tiene una vida muy limitada fuera de un cuerpo infectado y que no se contagia por el aire sino por el contacto directo con mucosas, sangre, semen y otras secreciones corporales.

La rueda de prensa celebrada el lunes por la ministra de Sanidad, Ana Mato, junto a media docena de responsables políticos y facultativos, lejos de servir para enviar un mensaje de tranquilidad, ha contribuido más bien a generar más alarma. Y no sólo porque no se señaló qué parte del protocolo de seguridad ha fallado o no se ha cumplido con la necesaria diligencia, sino porque la ministra se limitó a derivar todas las explicaciones al resto de comparecientes, quienes no lograron conformar un análisis unívoco.

Además de informar de que se están tomando medidas de desinfección y precaución que contradicen la versión de cómo se contagia el virus, algunos de los expertos que acompañaron a la ministra señalaron que el protocolo de la OMS no se activa mientras no se superan los 38,6 grados de fiebre. Este dato, sin embargo, lejos de tranquilizar, alarma a la ciudadanía cuando se señala como razón por la que una persona que ha estado en estrecho contacto con un enfermo de ébola, en lugar de ingresar en el hospital nada más tener unas décimas, se vaya de vacaciones y esté seis días con fiebre.

Por mucho que la prueba practicada este martes a la otra enfermera ingresada en el Hospital Universitario La Paz-Carlos III, y que estuvo en el equipo que atendió a Manuel García Viejo, haya dado negativo, el Gobierno se tendrá que esforzar en mejorar su política de comunicación para que sus "mensajes de tranquilidad" no sean contraproducentes. Además de razones de salud pública, un país que tanto depende del turismo no se puede permitir dar una imagen tercermundista como la que de España ha circulado por medio mundo.

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