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EDITORIAL

Podemos... quebrar y salir del euro

Este plan se traduciría en más recesión, paro, déficit, insolvencia, cierre de empresas, pérdida de competitividad, pobreza y quiebra.

El partido que lidera Pablo Iglesias ha publicado este viernes las bases del programa económico que en su día encargó a los dos economistas de extrema izquierda Vicenç Navarro y Juan Torres, y el resultado, como era de esperar, no puede ser más desalentador. Es cierto que el texto ha rebajado el tono maximalista que adoptó Podemos en las pasadas elecciones europeas, suavizando algunas de las medidas estrella que venía defendiendo hasta ahora como, por ejemplo, la concesión de una renta básica universal a todos los residentes en España, sin distinción de ningún tipo, o la reducción de la edad legal de jubilación de los 67 a los 60 años, pero son meros matices de importancia menor, ya que el grueso del plan sigue siendo un compendio de despropósitos, errores y abusos, cuya implementación, llegado el caso, conduciría de nuevo al país al precipicio.

El problema de fondo es que los citados economistas, al igual que la cúpula de Podemos, se equivocan completamente en el diagnóstico, aportando así soluciones nefastas para el conjunto de la economía española. A saber, que el origen de la crisis no estriba en la falta de consumo, sino en la ausencia de ahorro y un sobreendeudamiento insostenible que fue creciendo al calor de una burbuja artificial de crédito; que la agonía actual no se debe a las políticas de austeridad y a la aprobación de profundas reformas estructurales, sino a la inexistencia de las mismas; y que el problema de la creciente deuda no se solventa declarando el impago, sino reduciendo de forma drástica el gasto innecesario y la excesiva estructura estatal que siguen soportando los contribuyentes.

Por ello, la receta de Podemos contra la crisis consiste, básicamente, en repetir los graves errores que nos han conducido a la actual situación, solo que de forma mucho más intensa y , por tanto, dañina. Así, frente al desastre que cosechó el Plan E aprobado en su día por Zapatero, los gurús de Iglesias proponen disparar aún más el gasto público para contratar a 3,5 millones de empleados públicos extra, hasta duplicar la actual plantilla al servicio del Estado; frente al colosal desaguisado financiero que provocaron las cajas de ahorros, el partido de Iglesias no propone otra cosa que crear una enorme banca pública con el fin de conceder crédito de forma indiscriminada a familias y empresas, gestando con ello nuevas e insostenibles burbujas; frente a las históricas y negativas subidas de impuestos del PP, el plan de Podemos tan sólo incluye más aumentos tributarios de carácter confiscatorio; y frente al elevado déficit y la colosal deuda pública que acumula España, la solución que aportan no es otra que más déficit y más deuda, previo impago de la misma y una utópica compra masiva por parte del Banco Central Europeo, entre otras muchas medidas nefastas.

Es decir, lo que propone ahora Podemos no es más que la contraproducente receta que vienen aplicando PSOE y PP desde el estallido de la crisis, solo que multiplicada por diez. Es absurdo pensar que las mismas medidas conducirán a resultados diferentes, pero, por desgracia, eso es lo que plantea el partido de Iglesias. Por ello, la implementación de este plan se traduciría en más recesión, paro, déficit, insolvencia bancaria, cierre de empresas, pérdida de competitividad, huida de capitales, pobreza y, finalmente, la quiebra absoluta del país y su más que probable salida del euro, tal y como pretenden sus precursores.

Y ello, a pesar de que Podemos ha suavizado algo su programa en comparación con las europeas. Sin embargo, lo más grave es que no ha rebajado el tono por convencimiento ideológico, sino por pura necesidad electoral. La estrategia política de Iglesias consiste en no asustar a los votantes descubriendo su liberticida y suicida plan económico para, de este modo, poder "asaltar" el poder. La esencia de Podemos sigue siendo la misma, comunismo, por mucho que sus líderes pretendan maquillarla de "socialdemocracia". En manos de Podemos, el destino de España no es otro que el de Venezuela, Argentina y otros tantos paradigmas del socialismo más radical y retrógrado.

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