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EDITORIAL

Rajoy no aclara y Sánchez no se mueve

Si lo de Rajoy la semana pasada fue una mala excusa para no tener que aclarar nada, lo de este miércoles ha sido una auténtica tomadura de pelo.

Mariano Rajoy se negó la semana pasada a dar una contestación a las seis condiciones que Ciudadanos había planteado a su partido para iniciar unas negociaciones destinadas a respaldar su investidura alegando, textualmente: “Debo someter el documento a la aprobación del Comité Ejecutivo de mi partido”; lo que haría, según él mismo dijo, este miércoles.

Pues bien, tras reunirse este miércoles el Comité Ejecutivo del PP, Rajoy ha asegurado, faltando clamorosamente a la verdad, que no había sido convocado para aprobar condición alguna de Ciudadanos, sino tan sólo decidir o no si Rajoy podía negociar con Ciudadanos.

Si lo de la semana pasada fue una mala excusa para retrasar los deberes, lo de este miércoles resulta una auténtica tomadura de pelo, no sólo para Ciudadanos sino para todos los españoles. Para colmo, Rajoy sigue también sin aclarar cuando será la sesión de investidura, fecha que debía haber sido comunicada por la presidenta del Congreso el mismo día que Rajoy aceptó el encargo del Rey de presentarse a la reelección.

De esta forma, Mariano Rajoy mantiene vivas dos de las más reiteradas excusas que Pedro Sánchez ha utilizado para justificar su irresponsable obstruccionismo: que Rajoy no ha logrado recabar ningún apoyo fuera de su partido y que tampoco ha aclarado si piensa definitivamente en presentarse a la investidura.

Pedro Sánchez, por su parte, y en una comparecencia ante los medios no menos deprimente, ha vuelto a sacar a colación estos dos hechos y reiterado su irresponsable negativa a evitar, en cualquier caso, unas terceras elecciones por la vía de la abstención en la todavía hipotética investidura de Rajoy. Es evidente que la actitud de Rajoy no excusa la irresponsabilidad del líder socialista, que está dando tremendas muestras de carecer de sentido de Estado y de guiarse por el más pueril sectarismo.

Parecería que estos dos dirigentes –bajo cuyo liderazgo sus respectivos partidos han sufrido históricas pérdidas de respaldo electoral– están empecinados en abocarnos a unas terceras elecciones. En cualquier caso, ya sea para formar un nuevo Gobierno, ya sea para poner en marcha el reloj para la convocatoria de unos nuevos comicios, será necesario que alguien se presente a la investidura. Sea como fuere, si nos arrastrasen a unos terceros comicios, ni Rajoy ni Sánchez merecerían ser nuevamente candidatos a la presidencia del Gobierno.

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