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Emilio Campmany

La Mafia, el PSOE y 'El País'

En cualquier sistema mafioso es esencial disponer de dos recursos fundamentales, el palo y la zanahoria, lo que Pablo Escobar llamó plata o plomo

En cualquier sistema mafioso es esencial disponer de dos recursos fundamentales, el palo y la zanahoria, lo que Pablo Escobar llamó plata o plomo
Sánchez y Batet conversan con el presidente del Constitucional. | EFE

El periódico El País ha publicado un editorial titulado El inquietante veto del PP al juez de Prada. En pocas palabras, el diario de izquierdas rechaza la legitimidad del veto del PP porque, en otro caso, ningún juez en el futuro redactará un fallo contra un partido por temor a ser vetado en caso de ser propuesto por el otro. El argumento no puede ser más fariseo. El editorialista se deshace alabando las muchas virtudes que adornan al juez progresista, pero olvida la esencial, la única verdaderamente relevante para hacerle acreedor de un puesto en el órgano de gobierno de los jueces, la que hace que el PSOE y Podemos no puedan de ninguna manera renunciar a su nombramiento. Que es precisamente haber redactado aquellos impertinentes párrafos en la sentencia de la Gürtel que permitieron a Sánchez vestir de falsa legitimidad su moción de censura. Si hay una persona a la que Sánchez le deba ser presidente del Gobierno es precisamente a de Prada.

De modo que lo inquietante no es que el PP lo vete, sino que el PSOE rompa las negociaciones por no retirar Casado su veto. En cualquier sistema mafioso es esencial disponer de dos recursos fundamentales, el palo y la zanahoria, lo que Pablo Escobar llamó plata o plomo. Los servicios prestados por de Prada han de ser necesariamente pagados. No se trata de la obligación moral de remunerar lo que se recibe ni la de ser agradecido. Sánchez ha demostrado sobradamente que su conducta no conoce ningún límite moral. El objetivo, como en la Mafia siciliana, en la Camorra napolitana, en la Ndrangheta calabresa, en los cárteles colombianos o en las Cinco Familias de Nueva York, es que todos vean que quien favorece a la organización es convenientemente premiado. Y esto se hace para que en el futuro quienes estén en posición de hacer algún favor se animen a hacerlo con la seguridad de que serán retribuidos con la generosidad con la que lo fue quien le antecedió. El premio al que aspira de Prada está a la altura del servicio cuando introdujo en una sentencia frases que carecían de relevancia jurídica y penal, pero que manchaban al PP como partido político ante la opinión pública. 

De manera que no. Lo inquietante no es que el PP lo vete. Lo inquietante es que el PSOE se empeñe en premiarle. Y sobre todo que El País, como medio de comunicación de masas que se dice serio y que se atiene a los hechos frente a la proliferación de noticias falsas, dedique un editorial a defender a un juez que actuó como lo hizo para que sea premiado precisamente por lo que nunca debió hacer. Y lo hace alegando otros méritos supuestamente fundamentales que en realidad reúnen otros muchos jueces que no son de Prada y que nadie, empezando por El País, propone para ser vocales del Consejo General del Poder Judicial. ¿Por qué ha de ser necesariamente de Prada? Todos sabemos por qué. Y El País también.
 

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