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CÓMO ESTÁ EL PATIO

La Fashionaria y otras razones para echar a Z

La capacidad pedagógica de La Fashionaria era suficientemente conocida gracias a sus intervenciones semanales tras el Consejo de Ministros. Su claridad expositiva, con esa forma de dirigirse a los periodistas en tono de seño de colegio de monjas que riñe a los niños con cariño y sólo por su bien, ha quedado de sobra acreditada a lo largo de estos cuatro años. Mas si alguien pensaba que La Fashionaria simplemente interpretaba un personaje, tras su demostración de esta semana en un instituto de Valencia habrá cambiado de opinión: lo de esta mujer es vocacional.

La capacidad pedagógica de La Fashionaria era suficientemente conocida gracias a sus intervenciones semanales tras el Consejo de Ministros. Su claridad expositiva, con esa forma de dirigirse a los periodistas en tono de seño de colegio de monjas que riñe a los niños con cariño y sólo por su bien, ha quedado de sobra acreditada a lo largo de estos cuatro años. Mas si alguien pensaba que La Fashionaria simplemente interpretaba un personaje, tras su demostración de esta semana en un instituto de Valencia habrá cambiado de opinión: lo de esta mujer es vocacional.
María Teresa Fernández de la Vega.
Sorprende el desparpajo con que La Fashionaria se dirigió a unos adolescentes y la forma de infravalorar su inteligencia, como si estuviera hablando en un mitin para las juventudes socialistas. Su forma de simplificar los argumentos para votar a Z, en clara sintonía con la línea pedagógica de la Logse y sus secuelas, según la cual a los niños no hay que hablarles de cómo funciona el mundo real sino atiborrarles de palabrería y principios abstractos, es un elemento muy útil para que los que alguna vez fueron votantes del PSOE despierten finalmente de su letargo.
 
Dice La Fashionaria que Z representa el futuro y Rajoy el pasado, de lo que se desprende que conviene votar al primero. Añade también que Zapatero "cree en la gente", idea-fuerza que da consistencia a todo el edificio teórico. Ahora bien, el futuro puede ser negro, negrísimo, y el hecho de creer en la gente no es más que otra majadería que nada dice del protagonista ni de sus intenciones. Resulta curioso también que el PSOE identifique a Rajoy con el pasado mientras saca en procesión a Felipe González Márquez, el abuelo cebolleta del socialismo mediterráneo, que va a los mítines a insultar y a contar unas batallitas que a los jóvenes les deben de sonar a chino.
 
En todo caso, lo que pone los pelos de punta a cualquiera con hijos en edad escolar es que ese tipo de basura intelectual y moral se les pueda inculcar a los niños de forma obligatoria, como el PSOE pretende hacer con la asignatura de Educación para la Ciudadanía (Socialista). Si desde el principio hubo motivos suficientes para objetar ante estas sesiones de adoctrinamiento colectivo, tras la performance de La Fashionaria a ningún padre consciente le debe quedar ninguna duda.
 
Zapatero.Pero no es sólo por el absoluto desprecio hacia los principios y valores individuales de los ciudadanos por lo que los otrora votantes socialistas deberían castigar a Z este domingo. Hay cuestiones más urgentes, que afectan, sobre todo, a la gente humilde, que es supuestamente el granero de votos tradicional de los partidos de izquierda. Porque a los hombres y mujeres que madrugan cada día para ganar el jornal y ven en peligro sus puestos de trabajo todas esas apelaciones a grandes principios abstractos sobre las que el PSOE ha basado su campaña les deberían provocar un rechazo espontáneo.
 
El cambio climático, la ampliación de derechos de ciudadanía, el "No vote a Rajoy que es facha" o el "Vote a Z, que cree en la gente" pueden satisfacer a los artistas del canon, cuyo nivel de renta no depende de la marcha de la economía sino del bolsillo ajeno y el favor estatal. A los ciudadanos que se ganan la vida honradamente, en cambio, les interesa más que se les explique cómo se va a salir de la crisis y cuánto les van a bajar los impuestos, cuestiones éstas sobre las que únicamente el PP ha ofrecido recetas contundentes.
 
La ideología como único elemento para decidir el voto está bien cuando la gente disfruta de una situación holgada y no ve peligrar su futuro laboral, pero en un contexto de incertidumbre y de crisis económica lo lógico es adoptar una decisión coherente con los propios intereses.
 
Z ofrece al obrero del extrarradio que va a quedarse sin trabajo a corto plazo una foto con artistas millonarios, su compromiso inquebrantable en la lucha contra el cambio climático y los orgasmos de Zerolo. Rajoy les asegura una bajada de impuestos, recetas claras para la recuperación económica, una reforma de nuestro depauperado sistema educativo y el control de la inmigración ilegal, que está deteriorando la vida en los barrios humildes de las ciudades.
 
Cualquiera que valore su puesto de trabajo y el futuro de sus hijos en mayor medida que sus sarpullidos ideológicos no debería de tener ninguna duda a la hora de depositar el voto este domingo. Y los orgasmos ya los buscaremos cada uno en la intimidad de nuestra alcoba, Zerolo. Por eso no te preocupes.
 
 
Pinche aquí para acceder al blog CRÓNICAS MURCIANAS, del que PABLO MOLINA es coautor.
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