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Francisco Pérez Abellán

El jurado

El del jurado es un sistema que no ha calado en el común de las gentes. Hay una mayoría que no quiere formar parte de él y que si lo hace es porque le obliga la ley.

La actuación del tribunal del jurado en el doble crimen de Almonte (Huelva) ha provocado una gran perplejidad. Se juzgaba a un hombre que llevaba casi cuatro años en la cárcel acusado de un horroroso doble crimen, en el que murieron de 151 puñaladas un padre y su hija de ocho años. Es cierto que se ha detectado una especie de sorprendente campaña en pro de la inocencia, pero ni así se explica que, después de lo ocurrido en la sala, el veredicto fuera "no culpable".

Los juristas escandalizados atribuyen esto al incierto del jurado, que es un factor de azar. El del jurado es un sistema que no ha calado en el común de las gentes. Hay una mayoría que no quiere formar parte de él y que si lo hace es porque le obliga la ley. Esto es así porque se rechaza la responsabilidad de atribuir una condena, como aquí de 50 años que pedía el fiscal, sin comerlo ni beberlo y además con el fondo de la doctrina cristiana que dice "No juzgues y no serás juzgado". Es casi más llevadero dejar en la calle a un asesino, aunque no digo que este sea el caso. De modo que prefieren que juzguen los jueces profesionales, que para eso se preparan y pasan unas oposiciones.

El deterioro casi diario del periodismo patrio ha permitido que los datos del proceso nos lleguen deformados e inciertos, de modo que resulta difícil aclararse en los detalles, que aquí es fundamental. No obstante, Aníbal, el horrorizado hermano y tío de las víctimas, ha dejado claro que dentro de la sala del tribunal fue establecido que el ADN encontrado en unas toallas era de "transferencia directa" y no una contaminación, dicho por el muy respetable Instituto de Toxicología. Además, trazan una serie de razones por las que el acusado se convirtió en el único sospechoso. El jefe de las operaciones llegó a decir que estaban "seguros al cien por cien".

En todos mis años de profesión, nunca he oído que la UCO, unidad de élite de la Guardia Civil, se comprometa de esta manera. La transferencia directa del ADN indica sin posibilidad de error que el acusado estuvo en la escena del crimen, pero el propio acusado había declarado que hacía meses que no pisaba la casa.

No sería la primera vez que se revoca la sentencia de un jurado o se ordena la repetición del juicio con otro jurado. Esta modalidad de juzgar se inauguró en España con un jurado amedrentado por el terrorismo etarra que impidió el veredicto libre. Hubo que anularlo.

La clave será la motivación, es decir, el veredicto del jurado debe ser razonado. Por el momento, la jueza que presidía el tribunal dejó libre al acusado y dictó sentencia oral, pero hasta el momento no conocemos cómo lo justifica, aunque ya sabemos que se presentará recurso. De modo que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía tendrá que pronunciarse sobre este extraño caso, en el que la presidenta, tras participar en las cinco veces que se denegó la libertad al acusado durante los casi cuatro años pasados en prisión, "por indicios suficientes de criminalidad", lo puso en la calle a la americana. En un país donde algunos de mis alumnos llegan a clase ignorando que el jurado lo componen nueve personas y dos suplentes. No doce hombres sin piedad como en las películas.

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