Asunta es esa niña china que fue adoptada y luego encontrada muerta, probablemente asesinada en Santiago de Compostela, Galicia. Sus padres adoptivos, Alfonso Basterra y Rosario Porto, están imputados por homicidio y permanecen en prisión. Tras meses de intensa investigación han trascendido unas fotos que tienen dos series: las que podríamos llamar macabras y las lúdicas. Unas en las que aparece Asunta supuestamente amortajada y otras en la que está vestida de cabaretera y en posturas inadecuadas. Al parecer las dos series las hizo el padre y fueron encontradas en el iPhone de la madre.
El abogado, el respetado criminalista que lleva la defensa de la madre, dice que son fotografías que no tienen trascendencia y sacadas de contexto. Yo, que soy un apasionado defensor de la presunción de inocencia y sostengo que no hay justicia sin abogado defensor, discrepo de esta consideración.
Las fotos de las piernas abiertas, el traje de cabaretera y la expresión perdida creo yo que no las llevaría ningún padre ni en su cartera ni en su teléfono, y por supuesto nunca las habría hecho. Tampoco una madre las toleraría. Pienso que Asunta es una niña que fue adoptada para revitalizar un matrimonio quizá muerto en origen. La pequeña fue creciendo, inteligente y activa, y esto fue demasiado para los que nunca, en mi opinión, tuvieron vocación de buenos padres.
No es porque fueran adoptivos, que hay padres así mejores que los biológicos, y conozco a algunos, sino porque esta pareja, acusada de haber proporcionado pastillas relajantes hasta decir basta a su pequeña hija, son muy especiales. El hecho de que la cosa acabara en asesinato, además, ayuda a interpretar el sentido de estas fotos, tomadas al parecer por un hombre que cuando iba a recoger a su hija decía: "Me voy a recoger a la asiática", en vez de: "Voy a por la chinita de mi corazón", si quería vulgarizar. Por no mencionar que tenía el ordenador lleno de fotos de jóvenes asiáticas con vestidos provocativos o semidesnudas en actitudes que afirman que son pornográficas. No se trata de ningún delito, pero es un indicio. Ted Bundy, uno de los grandes asesinos norteamericanos de todos los tiempos, decía que la pornografía le convirtió en criminal.
Rosario Porto es la hija de un gran abogado que nos sorprendió a todos afirmando que será su propia defensa en el juicio al que está abocada. Recordemos que los propios abogados suelen decir que el que se defiende a sí mismo tiene a un tonto por cliente.
Porto se quedó dormida interrogando a los testigos. No parece lo más adecuado. Tampoco salir a la calle vestida de rojo pasión para ir al médico en pleno duelo por haber perdido a una hija. Asunto por el cual yo no me creo que esté destrozada por las fotos en las que Asunta aparece ligera de ropa, o envuelta en una sábana, siempre como si tuviera la mirada perdida. Hay quien se atreve a decir que estaba drogada.
Recordemos que le fue detectada una sobredosis de lorazepán, un relajante que le producía sueño y malestar cuando le era suministrado en grandes cantidades. No sé si los padres son los autores de la muerte de Asunta, pero hay indicios que son suficientes para que el juez haya decidido mantenerlos en prisión.
Más allá de si son hallados culpables o no, nunca debieron hacer estas fotos, para las que no cuela que fuera la niña quien las pidiera, y mucho menos conservarlas en la nube en internet, en los teléfonos de la pequeña y de la madre, y tal vez en el ordenador del padre, que fue borrado, aunque no sabía que todo podría recuperarlo un informático preparado.
¿Forman parte estas fotos de las frases de Rosario Porto a su marido: "Tú y tus jueguecitos", "¿Te ha dado tiempo a deshacerte de eso?"? Pienso que pronto lo sabremos. Sigan atentos a la pantalla.