Por un barranco, dice Iván Redondo,
se tiraría por su presidente.
Por un barranco. Jo. Qué consecuente.
Aplaudo dicho gesto. No me escondo.
Que un asesor tan cursi y tan sabiondo
se muestre involucrado y nos lo cuente
lo juzgo muy loable, ciertamente.
O tal vez este Iván es un cachondo.
En fin, en todo caso –seré franco–,
el que se tire Iván por un barranco
por Sánchez... no me da satisfacción.
Lo del barranco sí que es buena idea,
pero eso de por Sánchez me mosquea:
yo te propongo, Iván, hacerlo con.