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José García Domínguez

El argumento del PSC contra el indulto

Si de todos modos van a volar libres de aquí a un cuarto de hora, ¿para qué indultarlos?

Si de todos modos van a volar libres de aquí a un cuarto de hora, ¿para qué indultarlos?
EFE

Leyendo a los opinadores orgánicos del PSC, muy activos por razones obvias desde que el presidente Sánchez dio en confirmar públicamente lo que sabía hasta el gato desde antes incluso de que todos esos sediciosos catalanes fuesen juzgados por el Supremo, he dado con lo que los pedantes y los cursis llamarían la "idea fuerza" de esta pieza. Y es que, entre todos los que se están divulgando desde que saltó la liebre en la Moncloa, el argumento que me parece más convincente –tanto desde el punto de vista lógico como desde el político– para rechazar la idea del indulto resulta ser justo el que andan defendiendo ahora mismo los socialistas catalanes con, huelga decirlo, el propósito contrario. Así, una de sus cabezas más despejadas, Joaquim Coll, postulaba ayer en El Periódico que, puesto que la semilibertad permanente de los reos constituirá una realidad para todos ellos dentro de muy pocos meses, apenas un suspiro, por mor de lo establecido en la reglamentación penitenciaria vigente, poco importa excarcelarlos ya, pese a su contumaz insistencia en no manifestar el menor arrepentimiento, menos aún propósito de enmienda ninguno.

Un argumento-consigna, el del entorno intelectual de Miquel Iceta, cuya consistencia interna se antoja impecable desde el punto de vista formal; no obstante, yo creo mucho más razonable exponerlo al revés. Porque si, empezando por los propios socialistas catalanes, todos estamos de acuerdo en que Junqueras y el resto de la colla andarán sueltos por la calle dentro de nada y sin necesidad alguna de que medie la gracia gubernamental, entonces, convendrán conmigo, lo sensato es no redimirlos y, por el contrario, esperar a que transcurra ese tan breve lapso de tiempo. Si de todos modos van a volar libres de aquí a un cuarto de hora, ¿para qué indultarlos? El de la impunidad va a ser, está siendo ya, un pollino de muy difícil venta ante la opinión pública española. Una venta que dificultará mucho más aún la chulería mesiánica de Junqueras, empeñado en escupir a la mano solícita de Sánchez.

Rajoy trató todo un golpe de Estado que se maquinaba delante de sus narices como si fuera un simple expediente contencioso-administrativo. Y después llegó Vox. ¿Habrá ponderado Sánchez que tampoco podría salirle gratis a él?

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