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Madrid

José García Domínguez

Más Madrid y más marihuana

Y pensar que en esto ha acabado la izquierda...

Y pensar que en esto ha acabado la izquierda...
Mónica García, líder de Más Madrid. | Europa Press

Prueba de que Más Madrid, lo de esa doctora de la sanidad pública tan orgullosa de la función social de su profesión, se interesa por las cuestiones que realmente preocupan a los ciudadanos, y sobre todo a los más humildes, es que su grupo acaba de impulsar una iniciativa parlamentaria en la Asamblea con el objetivo de despenalizar el comercio con fines lucrativos de la marihuana. Una iniciativa orientada a facilitar al máximo el acceso a las drogas por parte de los madrileños y las madrileñas que la doctora Mónica García ha defendido con el argumento de que su puesta en práctica ayudaría a crear cien mil puestos de trabajo en toda España (sin contar las decenas de miles que igualmente generaría su medida en el vecino reino de Marruecos).

Un notable incremento de los colocados (en el doble sentido del término) al que habría añadir, siempre según la sanitaria García, el beneficio para las arcas públicas fruto de los impuestos que recaerían sobre ese tráfico mercantil de sustancias estupefacientes, monto que Más Madrid estima en 3.300 millones de euros al año. Un argumento impecable desde el punto de vista económico. Aunque, si esa ha de ser la justificación de la medida, lo lógico sería que Más Madrid postulase también legalizar el tráfico de cocaína, el de heroína, el de crack y el de todas las drogas sintéticas que ahora circulan por el mercado ilegal.

¿Cuántos nuevos puestos de trabajo en España –y en Colombia– se generarían si legalizásemos mañana la cocaína? Muchos más de cien mil, sin duda. Y, ya puestos, ¿por qué no legalizar de paso la pederastia, una práctica que canalizaría grandes flujos de turismo internacional hacia la Comunidad de Madrid, con los consiguientes beneficios para el fisco autonómico? ¿Porque la marihuana es solo una droga blanda? No nos cuenten milongas blandas. Yo fui adicto durante años a una droga infinitamente más blanda que la marihuana, el tabaco, y más de una noche de invierno me levanté de la cama a las tres de la madrugada para comprar mi dosis en alguna gasolinera abierta. Era un enfermo.

Y pensar que en esto ha acabado la izquierda.

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