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Ketty Garat

Pactar no es claudicar

Rubalcaba y Rajoy hablan mucho más de lo que dicen. Pero en privado, donde al líder del PSOE no se le manchan las manos por el coste de los recortes

Querido Pablo:

Desolador. Esta es la palabra que resume el escenario político actual. Desolador el barómetro del CIS en el que los partidos tradicionales, PP y PSOE, siguen perdiendo cuota de mercado en la ciudadanía, en favor de las formaciones que claman por la renovación cuando no por la inmolación. Desolador que el 90% de los votantes no tengan confianza ni en Rajoy ni en Rubalcaba. Y mucho más desolador que todo lo citado anteriormente no sea escuchado por ningún dirigente político.

No sé si el presidente "se ha tapado los oídos", pero tal parece. Te advierto que no sólo la economía está en crisis sino también las formas tradicionales de la política –a la vista está- y hacen faltan gestos populistas de cara a una galería más preocupada por lo que siente que por lo que piensa. De lo contrario, si Mariano tiene la razón, la perderá al subestimar al pueblo y a los partidos políticos.

No es que yo crea que para sacar este país adelante sea necesario llamar a los partidos políticos y convocarles a un gran pacto nacional. Me valdría con que este Gobierno con mayoría absoluta hiciera lo que no parece atreverse: una reforma de la administración en la que imponga, y no recomiende, a las comunidades a recortar la estructura de su elefantiásico edificio. Pero el problema es que les valga a los ciudadanos. Y no les vale.. Acuérdate que al artífice del milagro económico español le desalojaron de La Moncloa por enrocarse en la soberbia de no escuchar al pueblo, negándose a explicar, relatar y convencerles de los motivos de la guerra de Irak.

Por ello, el Ejecutivo no debería congratularse porque en España "no haya surgido ningún partido euroescéptico" ni negarse a liderar un pacto de estado "hasta que los grupos no demuestren su voluntad real de pacto" el próximo miércoles en la comparecencia de Rajoy en el Congreso. Porque las dos cosas irán unidas si continúa la radicalización del discurso de los partidos, incluido el PSOE, y en consonancia con la calle ahogada por los recortes. Al Gobierno de Rajoy no le queda otra que recuperar el relato de sus recortes y el diálogo con las fuerzas políticas, al menos de cara a la galería.

"Sabemos que es utópico pedir un pacto cuando no fuimos capaces de llegar a un acuerdo ni por los desahucios, pero la política tiene mucho de utópico", me decía esta semana un alto dirigente de Ferraz para quien no es ningún secreto que Rubalcaba y Rajoy hablan mucho más de lo que dicen. Pero en privado, donde al líder del PSOE no se le manchan las manos por el coste de los recortes, y donde a Rajoy no se le ensucian con los herederos de su legado. Es el juego de la política, aunque públicamente Rubalcaba fije alternativas desde un PSOE sin alternativa ni alternancia. Y lo volverá a hacer el miércoles desvelando las medidas estrellas de su famoso plan de Reactivación Económico que todavía es una incógnita pero que, ya te digo, incluirá subvenciones a empresas que contraten a jóvenes. Más dinero para estimular a la economía y recortes tan sólo en austeridad, en línea con la flexibilización del déficit de Bruselas.

Habrá que ver si Rajoy "arregla" lo que según los populares "han estropeado otros dentro del Gobierno". Si después del fracaso estrepitoso del Consejo de Ministros del 26, alguien más se suma a la línea de Luis de Guindos de vender el difícil logro de evitar el rescate. "Es muy difícil vender algo que no ha ocurrido", dicen algunos mientras el titular económico es el único que públicamente explica que la corrección de las previsiones de Bruselas es extraordinaria para 2014 porque ya descuentan los brotes verdes que surgirán de que nos financiemos al 4% en los mercados, y no al 10% como en tiempos de Zapatero. Mientras algún ambicioso miembro del Gobierno se encarga de filtrar a los confidenciales que Guindos ha ofrecido a Rajoy su dimisión, más le valdría a más de uno dedicar esos esfuerzos a explicar y a intentar pactar para evitar que los míos sigan recordando "la soberbia que siempre pierde al PP" frente a la utopía del PSOE pidiendo la concertación nacional y erigiéndose en altavoz del malestar callejero.

El miércoles será una dura prueba. Los grupos pretenden darle "hasta en el DNI", y seguramente Rajoy pasará la prueba. Pero, o toma nota y hace gestos de unidad, o le pasará factura. Si sus nuevas previsiones se hacen realidad, los únicos que sabrán ‘a dónde va’ serán los españoles.

Un beso,

Ketty

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