Mi muy querido Pablo:
Disculpas aceptadas. Aunque tu interés por mi situación actual no desvele gran interés, te diré que lo entiendo. La que estarás pasando en Almería en una intermunicipal incendiada por el caso Bárcenas. Quién nos iba a decir a ambos que estaríamos en el mes de enero hablando de crisis interna en el PP en lugar del PSOE que, te recuerdo, todavía no ha celebrado el aniversario político de Alfredo y las aguas han vuelto a la calma. Esto confirma mi teoría de que en política todo es posible e imprevisible. Pura teoría del caos.
Tras las reflexiones y certeras informaciones que esbozas en tu ansiada carta, te diré que los ciudadanos se han adelantado a esa reflexión que te hacía un miembro 'clave' de la dirección. Ya se han lanzado a las calles, concretamente a la de Génova, donde el viernes se amontonaban centenares de personas –dicen que unas mil- al grito de "si que había dinero, lo tenía el tesorero".
Lamentablemente, la "vergüenza" de la que hablaban es extrapolable a un PSOE salpicado de escándalos en Andalucía (Mercasevilla, Matsa, los ERE´s...), Galicia (operación Carioca y Campeón) y en otros lugares de España, aunque los ciudadanos de mi acera gritan menos o son menos los que gritan, al parecer. Pero la realidad es que la calle ya no pasa ni una, y por eso es necesario aclarar este "caso gravísimo que provoca alarma social" según denunció el propio Rubalcaba porque –y aquí tiene razón- "nadie desde el Gobierno ha dado una explicación coherente en 24 horas" (ya son 48).
Espero y deseo que eso cambie el lunes. Aunque sea en 'cerrado' ante los suyos –sin preguntas de los medios- el presidente del PP debería desmentir tales acusaciones y asegurar que desconocía totalmente los sobresueldos que Bárcenas pagaba a algunos dirigentes populares. Claro que, ya puestos, debería hacerlo el presidente del Gobierno, no el del PP, y desde La Moncloa, porque como dijo ayer una compañera: "El PP interesa a algunos ciudadanos, pero el Gobierno nos interesa más y a muchos más".
No deja de tener su gracia que quien lleva a sus espaldas el caso Filesa y los GAL haya sido el único que haya llamado a la prudencia. El ex presidente del Gobierno, Felipe González, pedía "esperar" a conocer si los hechos son o no ciertos. Los míos se centran en uno en concreto: si Luis Bárcenas fue uno de los beneficiados de la amnistía fiscal aprobada por Cristóbal Montoro. De ser que sí, demostraría, a juicio de Soraya Rodríguez, que el ejecutivo aprobó esa amnistía para encubrir y blanquear las cuentas de su ex tesorero. Nos llamó la atención, dada la prudencia de Cayo Lara, ver como "el PSOE ha hecho un discurso de IU y viceversa. ¡Se han cambiado los papeles!". Soraya tras pedirse explicaciones a sí misma (confundió su nombre con el de la vice), se pasó claramente de frenada porque su jefe, Rubalcaba, rebajó esa misma tarde el tono para pedir sencillamente explicaciones a Rajoy. Claro que al día siguiente pidió la dimisión de Montoro... Creo que nunca hemos tenido tanta sobredosis de declaraciones y ruedas de prensa de la dirección federal como esta semana, lo cual demuestra dos cosas: primero, que sí, están encantados; y segundo, que no son tan alérgicos a la prensa como pensaba.
Sin embargo, tienen cierta razón. Porque, habida cuenta del bochornoso problema que tenemos en este país con la corrupción, y habida cuenta de la infame e inmoral amnistía concedida a los que han defraudado al fisco, qué menos que conocer sus nombres, y de paso, saber si este caos del PP salpica también al Gobierno. Pinta mal pero si Bárcenas se benefició de esa medida, te aseguro que pintará peor.
Por eso, como me preocupo por ti, y en calidad de experta en crisis internas de partidos, te receto tres cosas: ánimo, red bull y... ¡un mamut para cenar!
Un beso
Ketty