EL ACONTECIMIENTO Y LA PALABRA
'Séneca en Auschwitz'
La poesía no es más que el torpe balbuceo de una pueril criatura que no puede hablar. Un adolescente alucinado da, sin embargo, en un acto que lo desborda como sujeto, con la combinación de signos que alumbra cierta belleza, cierta verdad en mitad de esa especie de ecolalia a la que está condenado. Hay, entonces, poesía. ¿Cómo cargar con el peso de la verdad?