La Responsabilidad (con mayúsculas) se juega su integridad durante estos días. Las elecciones autonómicas en Cataluña del próximo 25 de noviembre ponen a prueba la mayor virtud que un gobernante político debe poseer y, sobre todo, demostrar ante los ciudadanos que representa: la responsabilidad.
Cuando se accede a un gobierno, se adquiere un compromiso, ya no sólo con los que les han votado, sino con toda la ciudadanía, con la historia de esa ciudad, autonomía o país y con el futuro de la sociedad de la que se hace gestor. Adquiere Responsabilidad.
No voy a hablar en estas pocas líneas de los defectos en esta virtud a los que estamos asistiendo durante estos días en Cataluña. No hace falta recordar los graves ejercicios de irresponsabilidad que están sufriendo los catalanes de aquellos que fueron elegidos para que les sacaran de la crisis, para que mejorasen su vida y, en definitiva, para que gobernaran de forma leal hacia la sociedad. Por eso, prometer imposibles para tapar las deficiencias propias es una tremenda irresponsabilidad (con mayúsculas) que no conduce a la sociedad a ningún buen sitio.
Los ciudadanos saben todo eso y saben también que el Partido Popular siempre pondrá delante de cualquier crisis, obstáculo y problema su responsabilidad ante las leyes que nos sustentan y, por encima de todas ellas, la Constitución que todos los españoles pactamos hace más de 30 años. Porque, sólo cumpliendo con las leyes de todos, podremos gobernar para todos y, entonces sí, ganar a cualquier crisis, obstáculo o problema.
María Dolores de Cospedal es la Secretaria General del Partido Popular