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Miguel del Pino

Condenado

El perro fue arrojado por la ventana de un sexto piso. Murió en el acto. Ahora ha llegado la sentencia para el acusado.

El perro fue arrojado por la ventana de un sexto piso. Murió en el acto. Ahora ha llegado la sentencia para el acusado.

Tres meses de prisión, 2.700 euros de multa y dos años de inhabilitación especial. Esta es la sentencia que acaba de emitir el Tribunal de lo Penal Número 2 de Cáceres con respecto a la denuncia presentada por la asociación El Refugio contra el individuo que, el 29 de junio de 2013, lanzó por la ventana de un sexto piso al perro "Hommer", un pequeño bulldog francés de apenas dos kilos de peso. El pobre animal murió en el acto.

Los detalles de este brutal acto tienen importancia secundaria. Lo cierto es que, una vez más, un ser humano ha dado muestras de una crueldad y una cobardía que lo convierten no sólo en un maltratador de animales, sino también en un peligro para sus conciudadanos.

Los hechos ocurrieron en un apartamento situado en el sexto piso de una calle de Cáceres, donde una joven se encontraba acompañada por un amigo que había ido a visitarla acompañado por su pequeño bulldog francés "Hommer". Al recibir la visita del condenado, se originó una escena de celos a la que siguió el acto de arrojar por la ventana al perro del visitante.

Dando muestra de su ya probada cobardía, el sujeto abandonó inmediatamente el piso: cuando bajaron, el propietario del perro y la dueña del piso recogieron al perrito y lo trasladaron a la Facultad de Veterinaria de Cáceres, donde la doctora de guardia, Ana Alonso certificó que "Hommer" había muerto en el acto.

Cada uno de nuestros lectores sabrá juzgar la barbarie y las condiciones humanas del ser ¿humano? que mató al perro, pero lo verdaderamente importante es conseguir que fuera un juez quien tomara parte en el tema, es decir, que se aplicara el reciente Código de Justicia que puede considerar delito el maltrato animal. Recordemos que hasta hace muy pocos años este tipo de actos brutales eran sancionados tan sólo con la categoría de "falta".

Para poner ante el Juez a un maltratador de animales hace falta la correspondiente denuncia y, una vez más, fue la organización "El Refugio", presidida por el incansable y mediático Nacho Paunero quien llevó a cabo tal iniciativa. La consecuencia acaba de producirse en forma de sentencia condenatoria en los términos que describíamos en el encabezamiento.

Tras la reforma del Código Penal a que antes nos referíamos, los jueces pueden poner coto a quienes lleven a cabo actos de barbarie contra los animales: el autor del brutal lanzamiento de "Hommer" por la ventana del sexto piso tuvo que llegar al juicio encapuchado como un delincuente que quiere ocultar su identidad, y la sentencia condenatoria ha puesto las cosas en su sitio.

Imaginamos el verdadero trauma que tuvo que suponer el episodio para el dueño del perro y es posible que la condena al agresor sea solamente un consuelo parcial, pero al menos el condenando ha comprobado que vive en un país cuyos ciudadanos nos sentimos apoyados por las autoridades judiciales en lo que que, hasta hace poco, habría pasado por una simple falta sancionable con una multa. Vamos mejorando en nuestra relación con los animales de compañía y eso es tanto como decir que también se eleva nuestro nivel cultural. Sigamos en este camino.

Es posible que haya quien piense que exageramos, y que haya que revisar previamente la actuación de la Justicia en determinados casos que ofenden la sensibilidad por ataques no suficientemente castigados contra nuestra propia especie, pero en el fondo nos reducimos a un mismo tema: la maldad frente a la indefensión y la cobardía saliendo a flor de piel. Mucho cuidado con los maltratadores de animales.

Nacho Paunero, presidente de "El Refugio" nos ha sorprendido muchas veces con su habilidad mediática para emocionarnos, indignarnos, como en este caso, o conseguir ayuda para los animales abandonados recogidos en su "Refugio". Ahora declara que estará presente como acusación particular en todos los casos de maltrato animal que lleguen a su conocimiento.

A Su Señoría, nuestra felicitación y reconocimiento. Al bárbaro condenado le pedimos una reflexión a fondo sobre lo inhumano de su conducta.

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