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Miguel del Pino

Verde que no te quiero verde

Nuestro Gobierno, más ecologista que nadie, se opone a declarar verde lo nuclear y el gas.

Nuestro Gobierno, más ecologista que nadie, se opone a declarar verde lo nuclear y el gas.
Molinos junto a una vieja instalación nuclear en Francia | Flickr/CC/Jeanne Menjoulet

Mientras la Comisión Europea declara verde la energía nuclear y el gas, nuestro Gobierno no solo no comparte esta postura, sino que mantiene el plan para cerrar siete reactores, a pesar de que dicha Comisión reconoce que es imposible satisfacer los requerimientos energéticos actuales sin su funcionamiento.

La dependencia a que nos condena el Gobierno español, renunciando a la autonomía energética para hacernos depender de otros países, por ejemplo Rusia, con la que está cayendo en estos momentos en Europa, amenaza con arruinarnos.

Necesitamos un Plan Energético ya mismo: sin postureos, ni mantras, ni palabras como "resiliencias" o "sostenibilidades". Para no convertirnos en dependientes de otros políticamente "menos verdes", pero más sensatos, es necesario actuar inmediatamente.

Naturalmente que todos queremos una naturaleza limpia y equilibrada, pero para ser verdaderamente un país soberano no podemos seguir así de ninguna manera. Las dos vías de entrada de gas, por los gaseoductos del sur de España, dependen extraordinariamente de Rusia, por ejemplo en virtud de la alianza de facto entre Rusia y Argelia. Todos tememos que el avispero de la frontera entre Ucrania y Rusia llegue a estallar, pero de ser así nos veríamos involucrados en una "guerra cibernética y económica" si osamos enemistarnos con Putin y sus amigos.

No es momento para mantener faroles imposibles de sostener

El ultraecologismo ideológico de la facción podemita del "Gobierno Frankenstein" se muestra y se seguirá mostrando inflexible, y se impone sobre la parte socialista que debería adoptar medidas prácticas para evitar nuestra caída en picado hacia la ruina: basta con repasar los recibos de la luz reales, que ya empiezan a llegarnos después de un periodo de retrasos en su envío que no nos han dejado ver la magnitud del desastre.

De todas formas la última "Cumbre del Clima", ya sin el apoyo de la indignación infantil de Greta, resultó especialmente significativa y puede significar el final de la gran estafa mundial que ha supuesto el llamado "cambio climático", o si quieren a la falacia consistente en dar por hecho que la Tierra se encamina a un desastre sin precedentes a causa del desarrollo de nuestra civilización, basándose sus "apóstoles" en argumentos tan discutibles como los modelos de ordenador o el llamado "consenso"; todo menos aportar conclusiones científicas.

¿Han reparado en que desde la "Cumbre de París" cada vez se habla menos del "cambio climático"? Es pronto para asegurarlo, pero el encuentro de los países "verdes" con la aplastante realidad de que los mayores contaminadores del mundo como el gigante chino ni siquiera acuden a estas reuniones, podría suponer el final de la teoría del dichoso cambio.

¿Han reparado en que la obsesión ecologista por el mensaje del "cambio climático" ha sido inmediatamente sustituida por otros mantras, como el de las "granjas gigantes" o la "alimentación vegana" casi obligatoria?

Tenemos múltiples ejemplos a lo largo de la historia de la humanidad acerca del peligro que ha tenido para el bienestar de los pueblos la negación del método científico, y su sustitución por mantras ideológicos o por planteamientos económicos erróneos o corruptos. Los palos en la rueda al desarrollo que ha supuesto la "teoría del cambio climático de origen antropógeno" no han dejado de conseguir alguno de los objetivos que pretendían, pero el cuento está a punto de acabarse.

La realidad energética

Mantener el nivel de vida que venimos disfrutando las últimas generaciones europeas requiere que nuestros gobiernos resuelvan el importantísimo problema del suministro energético, y tal suministro no puede depender de una sola fuente, ni siquiera de dos o tres que intenten complementarse: en economía y también en ecología, se viene hablando del "Mix energético".

En lo que concierne a España y nuestro entorno, el mix energético fundamentalmente respecto al consumo de energía eléctrica, se compone de gas natural (22% en la UE), energía solar (4%, actualmente en crecimiento), hidráulica (12% en Europa), eólica (13%, lo que la convierte en segunda fuente europea), biocombustibles líquidos de origen biológico no fósil (6%), nucleares (13% del mix europeo).

Como cabía esperar el porcentaje de cada componente del mix varía de unos países a otros. Con referencia a la energía nuclear, Francia llega a obtener el 70% de ella para abastecerse de electricidad, de manera que nuestros vecinos galos deberían mirar con lástima nuestros recibos de la luz, aunque esperanzados por nuestra calidad de "clientes Vip" ya que en un verdadero ejercicio de cinismo, nuestro "Gobierno verde", que pretende apagar nuestros reactores, no tiene problema moral en comprarla a nuestros "nuclearizados vecinos". Solo después de un poco más de doscientos años Napoleón está a punto de ganar una nueva "Guerra de la Independencia", porque nuestra independencia es lo que nos estamos jugando.

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