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Pablo Molina

¿Quién es el 'califa' Bagdadi?

Ha empeñado su vida y la de sus fieles en hacer retroceder ocho siglos el reloj de la Historia en todos los territorios que caigan en sus manos.

Ha empeñado su vida y la de sus fieles en hacer retroceder ocho siglos el reloj de la Historia en todos los territorios que caigan en sus manos.

A pesar de que en las últimas semanas han sufrido golpes de envergadura, los terroristas del Estado Islámico siguen siendo la amenaza más grave para la estabilidad regional y la vida de los civiles de las zonas que caen en su poder. Una coalición de fuerzas internacionales, liderada por la superpotencia de EEUU, ha sido necesaria para contener a este grupo yihadista que, liderado por el oscuro Abubaker al Bagdadi, amenaza con llenar el vacío de poder dejado por la fallida Administración iraquí y el régimen de Damasco, involucrado a su vez en una guerra civil que dura ya cuatro años.

Bagdadi se ha proclamado "califa" de un nuevo Estado islámico que, a imagen y semejanza del califato medieval, aspira a regir los destinos de todos los creyentes desde la Península Ibérica hasta la frontera occidental del subcontinente indio. El nuevo califa es hoy el enemigo público número uno de las democracias occidentales y los regímenes musulmanes moderados. EEUU ha puesto precio a su cabeza: 10 millones de dólares.

Pero ¿quién es Abubaker al Bagdadi?

Aunque su biografía es confusa, parece claro que Auad Ibrahim Ali al Badri nació en 1971 en el seno de una familia suní de Samarra, uno de los feudos del chiismo iraquí. Bagdadi cursó estudios religiosos en la Universidad Islámica de Bagdad y, bajo el régimen de Sadam Husein, llegó a ejercer de clérigo en la provincia de Diyala. La operación militar internacional que derrocó al dictador iraquí en 2003 le llevó a formar parte de la insurgencia y, finalmente (2005), a prisión.

Bagdadi fue encerrado en Camp Bucca, el mayor centro de internamiento de yihadistas establecido por EEUU en suelo iraquí. Allí habría radicalizado su visión del islam hasta el punto de que bien puede decirse que el embrión del actual Estado Islámico surgió entre los muros de esa cárcel del Ejército estadounidense: no en vano casi una decena de líderes del grupo yihadista pasaron por sus celdas.

Badri adquiere notoriedad tras su ascenso al liderazgo de la franquicia iraquí de Al Qaeda, en 2010, después de que el Ejército norteamericano acabara con sus tres antecesores: Abu Omar al Bagdadi, Abu Hamza al Muhayir y Abu Ayub al Masri. El propio Ben Laden habría designado a Badricomo responsable del grupo terrorista.

La muerte del fundador de Al Qaeda a manos de los soldados estadounidenses en su refugio de Pakistán volvió a sacar a la luz las divergencias entre Bagdadi y la organización central de Al Qaeda, a partir de entonces en manos del médico egipcio Aymán al Zawahiri. Mientras que Zawahiri es partidario de seguir la estrategia tradicional de Al Qaeda, basada en atacar intereses occidentales y a los regímenes musulmanes cercanos a Occidente, Bagdadi defiende la necesidad de limpiar primero de infieles las tierras del islam, lo que implica acabar con el chiismo, históricamente enfrentado con la ortodoxia suní. El chií Irán y la suní Al Qaeda colaboran cuando las circunstancias lo requieren, mientras que el Estado Islámico y Teherán son enemigos irreconciliables que se hacen la guerra allí donde tienen ocasión, como ocurre en estos momentos en suelo iraquí.

Zawahiri acabó expulsando de Al Qaeda a Badri por su negativa a retirarse de Siria y dejar el mando de las operaciones en ese país al Frente Al Nusra, la franquicia oficial de la red terrorista. Lejos de arredrarse, Badri proclamó en junio de 2014 el califato y se nombró a sí mismo califa. Desde entonces, la organización terrorista liderada por este clérigo expulsado de Al Qaeda se ha caracterizado por la implantación del terror en las zonas que han caído bajo su control, para lo que se ha valido de la interpretación más radical de la sharia. Ahí están las decapitaciones de prisioneros, la esclavitud y las vejaciones a que someten a las mujeres infieles que caen en sus manos. También son de destacar sus formidables campañas mediáticas.

La devastación que los terroristas del Estado Islámico están llevando a enclaves de valor histórico incalculable, como Nimrud, en el norte de Irak, son la última manifestación de la capacidad destructiva del grupo terrorista liderado por Abubaker al Bagdadi, el califa que ha empeñado su vida y la de sus fieles en hacer retroceder ocho siglos el reloj de la Historia en todos los territorios que caigan en sus manos.


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