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Pablo Planas

Sánchez, el de las bolas

Es todo falso, unos bulos como una catedral, unos embustes colosales que merecerían la intervención de oficio del ministro de Interior y la fiscal general del Estado.

A Pedro Sánchez mentir le sale gratis. Siempre le ha salido gratis, ya desde el asunto de su tesis doctoral. Dijo que no podría gobernar con Pablo Iglesias y gobierna con Pablo Iglesias. Que no aceptaría el apoyo de los separatistas para ser presidente y es presidente gracias a los separatistas. Luego dijo que todo estaba controlado en cuanto al virus chino, que las mascarillas no eran necesarias, que bastaba con lavarse las manos... Dijo también eso de que España había sido el primer país de Occidente en tomar medidas, que es el que más test realiza. Y no una, dos o tres veces, sino cada vez que sale por televisión.

Había que verlo aquel 21 de marzo, en uno de los primeros Aló Presidente de los sábados. Menudo discurso se marcó el titán de Tetuán:

Ya se ha materializado la compra y la puesta en marcha de los test rápidos. Algo muy importante, los test rápidos. Se tratan [sic] de test fiables. Homologados. Y esto es muy importante, la homologación. Es muy importante porque deben contar con todas las garantías sanitarias. Tenemos comprometidas ya 640.000 unidades y vamos a llegar muy pronto al millón.

Sí, sí, básica la homologación y cuatro días después salieron los chinos diciendo que el Gobierno le había comprado los test a una empresa no homologada. Un esperpento. Pero le funciona. Hay mucha gente por ahí que cree que España es el país que más test realiza a su población, pruebas, además, de una fiabilidad absoluta. Muchas personas están convencidas de que España fue el primer país en adoptar medidas contra la pandemia y que es el más transparente también en cuanto a las cifras de contagiados, fallecidos y curados. Es más, seguro que muchos ciudadanos están al corriente de las positivas valoraciones que las más prestigiosas universidades del mundo llevan a cabo respecto a la gestión de la emergencia sanitaria por parte de nuestras autoridades.

Otra cosa es que sea mentira que universidad alguna haya dicho lo que dice Sánchez que dicen en Oxford y en la Johns Hopkins de Baltimore. Ni la primera "otorga a España la puntuación más alta de los países occidentales, noventa sobre cien en cuanto al rigor en la respuesta a la pandemia", como declaró Sánchez en sede parlamentaria, ni la segunda sitúa a España en el quinto lugar en cuanto a pruebas realizadas, como también manifestó el mismo sujeto en el mismo escenario. Es todo falso, unos bulos como una catedral, las bolas del presidente, unos embustes colosales que merecerían la intervención de oficio del ministro de Interior y la fiscal general del Estado.

Son de tal calibre las trolas de Sánchez que atraviesan fronteras. Nuestro presidente ya es el hazmerreír de los medios internacionales, algunos de los cuales le llaman directamente mentiroso, como la CNN. Otros, la mayoría, no informan de los datos de España porque el Gobierno carece de credibilidad. Qué vergüenza, aunque a Sánchez no parezca darle ningún apuro ser conocido dentro y fuera de España como un vulgar Pinocho.

Pobre, no puede evitar mentir. Es patológico. Además, no le pasa factura. Sólo cuando el paro supere el 20% empezarán a temblarle las piernas.

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