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Pablo Planas

Precisiones sobre la violencia en Cataluña

Dicen que el proceso separatista es historia, pero quienes sostienen tal engaño son los golpistas, sus cómplices y los tontos útiles más lerdos y bovinos.

Dicen que el proceso separatista es historia, pero quienes sostienen tal engaño son los golpistas, sus cómplices y los tontos útiles más lerdos y bovinos.
Joven agredido en los incidentes de Vich | Vox

Está muy extendida la idea de que el proceso separatista es historia, pero no hay más que contemplar lo ocurrido este fin de semana en la campaña electoral catalana para entender que quienes sostienen tal engaño son los golpistas, sus cómplices y los tontos útiles a izquierda y derecha más lerdos y bovinos. En Vich, por ejemplo, se ha podido constatar que el control del orden público está en manos de los mandos de los Mossos que con Trapero a la cabeza se distinguieron durante el golpe de 2017 por entorpecer la respuesta de la Guardia Civil y la Policía Nacional y encubrir a los organizadores de la asonada.

Este sábado los representantes de Vox tuvieron que abandonar la citada población perseguidos por una horda de mandriles en medio de escenas de violencia apocalíptica y ante la pavorosa inacción policial ordenada por los mandos de los Mossos. Sí, en el corazón de la ordenada, limpia y tolerante Cataluña de la gente cívica, pacífica y festiva del independentismo. Los agentes de la policía de Trapero, el amiguete de las paellas con Puigdemont en casa de Rahola, tenían órdenes de no hacer nada. Pudo morir gente, pero la instrucción era precisa: no cargar y no detener a nadie. Impresionante disciplina, impasible el ademán mientras las vanguardias de los Comités de Defensa de la República (CDR) apedreaban a simpatizantes y dirigentes del partido proscrito.

Es Junts per Catalunya (JxCat) el partido que controla la consejería de Interior y, por ende, a los Mossos. Y en plena campaña no se puede permitir que ERC les acuse de "brutalidad policial", que es lo que hacen los republicanos cada vez que un agente de la policía regional le da una colleja a un energúmeno con estelada.

Tras el levantamiento del efímero 155 y con la Generalidad de nuevo en manos de los partidos que dieron el golpe de Estado, Cataluña vuelve a estar bajo control de quienes pretenden montar una república identitaria en contra de más de la mitad de la ciudadanía. De ahí que, tras episodios como los de este fin de semana, en vez de detenciones haya habido unas vomitivas declaraciones del consejero de Interior, Miquel Sàmper, en las que culpa a Vox de la violencia contra Vox. Es que van provocando, ha dicho el tipo. Lo mismo que podría decir de una mujer violada que llevara unos pantalones ajustados o una minifalda.

Los violentos no han recibido ni una sola condena del nacionalismo porque son las fuerzas de choque del separatismo jaleadas por los partidos golpistas, que justifican los ataques porque según ellos Vox es un partido xenófobo y violento. Y lo sueltan así, sin pestañear, los que invitan a Otegi a sus programas o a sus mítines, los amigos de Racistorra, los discípulos de Pujol, los admiradores de Sabino Arana, los que califican el terrorismo de Terra Lliure de "independentismo armado", los mismos que llaman "gran reserva del independentismo" al asesino del empresario Bultó, al que le colocaron una bomba en el pecho. Toda esa peña infecta es la que aplaude los ataques contra Vox.

No temen que el crecimiento electoral de ese partido ponga en duda la política migratoria del Gobierno. Para nada. A quienes censuran a Vox en los platós y en los púlpitos políticos lo que les preocupa no es el futuro de los que llegan en pateras sino el suyo, que Vox diga estar en contra del Estado de las Autonomías y de chiringuitos como TV3, una televisión al servicio del nacionalismo pagada con el dinero de quienes sufren el nacionalismo. Saben que, a mayor peso de Vox, más difícil tendrán mantener sus bicocas y regalías sufragadas con fondos públicos.

Y es la misma gente que adula a Otegi, como Marta Rovira, la secretaria general de ERC que se esconde en Suiza tras haber llamado al sacrificio de la ciudadanía en el golpe de Estado. "Nadie mejor que Otegi nos puede decir hoy como debemos continuar para llegar hasta el final", dijo esa siniestra individua vía telemática en el mitin que el jefe de los bildutarras y el golpista Junqueras dieron en Gerona este domingo. ¿Llegar hasta el final? De eso Otegi sabe un huevo. Es un as de llegar hasta el final, un txapeldun. Lo raro es que el mitin se celebrara en Gerona y no en Vich, donde unos compañeros de Otegi llegaron hasta el final en la casa cuartel de la Guardia Civil. Hubiera sido un gran homenaje a ese pedazo de "hombre de paz" que es Otegi según TV3.

Dice Pablo Iglesias que en España no hay "plenitud democrática" porque Junqueras está en la cárcel y Puigdemont en Bélgica. Mentira. Una más. En España no hay "plenitud democrática" porque una parte significativa del territorio depende de los subordinados de los líderes golpistas Puigdemont y Junqueras, que no está en la cárcel, por cierto, sino que duerme en una cárcel de la Generalidad de lunes a jueves.

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