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Pablo Planas

Varoufucker, Varoufucking y Tania Sánchez

Lo más curioso de los políticos de izquierda es que no se quitan la solidaridad de los labios ni cuando zampan bogavante.

Lo más curioso de los políticos de izquierda es que no se quitan la solidaridad de los labios ni cuando zampan bogavante.

Los nuevos políticos, como los nuevos ricos, se pirran por salir en la tele y en los papeles. Es la vía rápida hacia la fama y el éxito electoral. A veces es así, como también ocurre que a las primeras de cambio se les olvida el discurso y se muestran tal como son en vez de como dicen que son o se los imagina el pueblo.

Uno de los verdaderos talentos de los políticos es engañar a casi todo el mundo casi todo el tiempo. De ahí el magisterio de personajes como Jordi Pujol o Felipe González. En cambio, Yanis Varoufakis, en quien todos los eurófobos habían depositado grandes esperanzas, yace desplomado tras la publicación en Paris Macht de su Onassis lifestyle, con casoplón a los pies del Partenón. La pareja de Yanis, Danae Stratou, rica de familia y "artista conceptual", sirve la ensalada con aceitunas de kalamata y después brindan con un blanco de Santorini, tal vez un Sigalas Estate, o quizá un caldo alemán, el 2007 Gutzler Blanc de Noir White pressed Pinot Noir, que según dicen es ideal para el pescado y el marisquito. A no menos de cincuenta euros la botella, la primera por lo menos y la segunda por supuesto.

Ay, Yanis, Yanis, tú que decías que la troika estaba kaputt. ¿Qué pensarán las griegas que echan agua a la leche para alargar los biberones?

Lo más curioso de los políticos de izquierda es que no se quitan la solidaridad de los labios ni cuando zampan bogavante ni cuando beben chardonnay o cabernet sauvignon. ¡Qué habilidad! Hablar del hambre con la boca llena. Antes era de mala educación.

La izquierda no tiene fronteras y, en sintonía con Syriza, Tania Sánchez posa para Yo Dona y cae de bruces y con gusto en la misma trampa que el ministro Varoufakis, que ha pasado de Varoufucker a Varoufucking tras el lavado de imagen del Paris Macht. La candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid que no se sabe si irá por Podemos o por Unidad Popular, el primer partido marxista-sanchecista, le confiesa a la autora de la entrevista, Esther Esteban, que no es el primer partido que crea. Ya en el instituto fundó el "Colectivo Revolucionario Amanece que no es Poco", se supone que tras una mala digestión de la película de José Luis Cuerda.

Tania posa para la ocasión sobre unos tacones de los que si se cae se mata. Declara sobre su hermano, a cuya empresa, de nombre Aupa, adjudicó un contrato de más de un millón de euros para enseñar a tocar a la flauta en Rivas Vaciamadrid: "Con él me llevo año y medio. Nos hemos entendido mal casi siempre, pero bueno, dentro de la normalidad. Ahora, sin embargo, no tenemos contacto". Después le dirá a Esteban que no le gusta hablar de su vida privada y que "no soy un pelele en manos de mi novio". El blanco le encanta de la variedad verdejo y por el sushi, el maki, el nigiri y el sashimi, Tania mata. La gauche en crudo.

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