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Pedro de Tena

La conjetura de la Moncloa

La influencia mental de Moncloa sobre García Egea y Casado, con el concurso del amigo íntimo del primero, Félix Bolaños, ha sido decisiva en este caso

La influencia mental de Moncloa sobre García Egea y Casado, con el concurso del amigo íntimo del primero, Félix Bolaños, ha sido decisiva en este caso
Cordon Press

Hay conjeturas descabelladas, que son, sobre todo, las que no pueden comprobarse y hay conjeturas razonables. Una conjetura es razonable cuando es compatible con las teorías aceptadas hasta el momento; cuando está dotada de racionalidad interna; cuando concuerda con los hechos conocidos y cuando puede ser refutada o confirmada. Si digo que en el cerebro de Pablo Casado anida un extraterrestre, la hipótesis no es demostrable. Pero si digo que en su cerebro han tenido acogida ideas y datos procedentes del palacio de la Moncloa que tenían por objeto la destrucción del PP, estamos ante una conjetura razonable.

La teoría socialcomunista aceptada hasta el momento, procedente del marxismo genérico, es que la democracia liberal es mejor para sus fines que una dictadura, pero no es más que una forma provisional de gobierno antes de la instauración violenta de la dictadura del proletariado. Que el PSOE siempre ha actuado en esa dirección se comprobó en los años de la II República y durante la Guerra Civil. Que, por ahora, no se esté usando la violencia de manera generalizada, no implica que la teoría sea falsa sino que, hoy por hoy, considera que no se dan las condiciones necesarias para una dictadura al viejo modelo estalinista. En cualquier caso, la destrucción del primer partido de la derecha sería un paso adelante en la consecución de la meta final. Es lo ocurrido.

La destrucción del PP sólo cobra racionalidad interna cuando se conjetura que ha habido un plan trazado desde hace tiempo –probablemente desde que se convenció a Casado para que se divorciara de sí mismo y del PP con el que llegó a su presidencia– según el cual todos los pasos significativos dados por el PP iban en contra de sí mismo y de sus ideas. Desde el discurso anti-Abascal a la defenestración de Cayetana Álvarez de Toledo, pasando por el acoso, en principio político, a Isabel Díaz Ayuso (la que con Vox al fondo más daño ha hecho a la izquierda en España desde hace mucho tiempo), todo concuerda con la necesidad social comunista y separatista de impedir la coalición natural PP-Vox. Esa nueva derecha es la única que podría haber ganado las elecciones generales, autonómicas y municipales en casi toda España dando paso a una etapa nacional donde la hegemonía sociocultural de la izquierda entrara en descomposición. Casado ha hecho al dedillo, cesión en el sucio reparto del poder judicial incluido, todo lo que convenía a Pedro Sánchez y a sus socios.

Vamos con los últimos hechos conocidos. Isabel Díaz Ayuso afirma que el dosier sobre ella y su familia procedía de la Moncloa según confesión del propio Pablo Casado. Lo de la agencia de detectives no era más que una corroboración o extensión a posteriori de lo que ya se sabía. La Moncloa lo ha negado, como es natural. Pero, oigan, Casado no ha querido, o no ha podido, identificar a quiénes le entregaron un dosier sobre Ayuso que detallaba cifras y conceptos de cobro. Tales detalles sólo podían obtenerse en las instituciones del Estado, desde luego el Ministerio de Hacienda o tal vez los tentáculos del PSOE y socios en los servicios secretos españoles o de algunas fuerzas de seguridad del Estado. Independientemente de lo antidemocrático que sea no presumir la inocencia de alguien, el que Casado no pueda revelar la identidad del filtrador, permite conjeturar que el dosier tiene que haber salido de Moncloa, como ha ratificado la propia Díaz Ayuso.

Esta conjetura ilumina todos los hechos conocidos hasta ahora e indica que la influencia mental de Moncloa sobre Teodoro García Egea y Pablo Casado, orquestada con el concurso del amigo íntimo del primero en el gobierno, el ministro Félix Bolaños, ha sido decisiva en este caso. Puede concretarse la conjetura de este modo: "Casado, vía García Egea, dispensador de malas artes conocidas por muchos, desde Galicia a Andalucía pasando por Madrid y Murcia, ante la evidencia de que la Comunidad de Madrid, y sus recursos y desarrollo, iba a quedar en las manos de Isabel Díaz Ayuso, pide a la Moncloa armas para desarticularla. El mutuo interés de acabar con su gobierno y control sobre la Comunidad y el PP de Madrid, lleva a que los fontaneros recaben en las instituciones adecuadas, desde Hacienda a Interior pasando por donde fuese menester, para tratar de demostrar la corrupción de los Díaz Ayuso".

Pero deslizan el dato preciso de 286.000 euros de una comisión, un dato que ahora sabemos está equivocado por la abrumadora sustancia de las pruebas aportadas por Isabel Díaz Ayuso no desmentidas por Casado. ¿Puede equivocarse alguien en un dato tan decisivo? No, a menos que el error haya sido deslizado a conciencia con el fin de producir lo que se está produciendo: matar dos pájaros de un tiro. La cabeza de una adversaria decisiva en el futuro y todo el cuerpo del principal partido de la oposición.

Esta es la conjetura de la Moncloa a la que falta, naturalmente, el elemento decisivo de la comprobación. ¿Cómo podría conseguirse? Muy sencillo. Pablo Casado debe confesar bajo juramento quién le entregó el dosier sobre Díaz Ayuso en el verano de 2021 y cuál era su origen.

Sea sólo para salvar su alma, porque a todos los afectos, él y todo su equipo ya están políticamente muertos. De hacerlo así, la Moncloa podría dejar de reír y comenzar a temblar.

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