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Pedro Fernández Barbadillo

UPN perderá Navarra por su culpa

El PP de Rajoy ha renunciado a la batalla de las ideas, pero es que UPN lo hizo desde el principio.

Las autonomías han hecho que los españoles desconozcan más a sus compatriotas que todo el centralismo de las décadas y siglos anteriores. Seguramente, porque muchos medios de comunicación ya no prestan atención a lo que ocurre en la comunidad vecina porque ese Gobierno regional no le va a poner publicidad institucional, y también porque se ha cerrado la circulación de estudiantes, profesores y funcionarios. Y Navarra es una de las regiones sobre las que más tópicos circulan.

Ya en el franquismo se vinculaba Navarra al carlismo, como si no hubiera habido carlistas fuera de Navarra y socialistas, republicanos y abertzales en esta provincia. Otro tópico sobre Navarra es el eje político entre navarros españolistas y navarros vasquistas, cuando detrás de esa simplificación hay una pluralidad política asombrosa.

El Parlamento regional ha sido varias veces el más fragmentado de todas los regionales de España. De las elecciones de 1987 salieron ocho partidos con representación: PSN-PSOE, UPN, Herri Batasuna, CDS, Eusko Alkartasuna, Unión Demócrata Foral, Alianza Popular y Euskadiko Ezkerra. En la legislatura que comenzó en 2011 son seis: UPN, PSOE-PSN, Nafarroa Bai, Bildu, PP e Izquierda Unida. Y aunque los presidentes del Ejecutivo foral han sido siempre o navarristas o socialistas, este bipartidismo aparente va acompañado por coaliciones de gobierno y una gran inestabilidad, con partidos que aparecen y desaparecen, escisiones y reagrupaciones.

La honradez navarra se esfuma cuando una de las primeras tramas de enriquecimiento y saqueo montada por unos políticos regionales desde el poder apareció en el socialismo navarro, y así se juzgó y condenó. Hasta ahora, el único presidente autonómico que ha ingresado en prisión ha sido el navarro Gabriel Urralburu.

Otro tópico es la españolidad de la sociedad navarra, cuando el arraigo de nacionalistas vascos es mayor en Navarra que en Álava. Desde 2011 Bildu controla más ayuntamientos navarros que alaveses.

Como ha dicho Federico Jiménez Losantos, "toda la vida pensando que los navarros eran recios y de fiar, y hay cada traidor…". Y entre esos traidores están los dirigentes de UPN, que en 2007 recurrieron al PP para una manifestación para que el Gobierno de Zapatero no incluyese a Navarra en las negociaciones con ETA y al año siguiente rompieron su acuerdo con el PP y pusieron sus parlamentarios en las Cortes al servicio del PSOE para aprobar los Presupuestos Generales, a cambio de una línea de AVE y de que el PSN-PSOE les apoyase.

Por último, muchos de los escasos partidarios de la igualdad fiscal de todos los españoles critican el cupo vasco, pero se olvidan del convenio navarro, que da mayor soberanía a las autoridades locales y les permite robar al resto de sus compatriotas, como el regalo por la Hacienda nacional a la foral del IVA a las exportaciones de la fábrica de Volkswagen.

El castellano Aznar, el mejor cartel de UPN

El pensamiento de UPN y del navarrismo se suele resumir en tautologías como "Navarra es sólo Navarra y nada más". En un esfuerzo de argumentación encontramos los dos puntos principales de su ideario: no a los vascos y dejadnos nuestros impuestos.

La prueba de que este discurso mínimo, unido al cansancio por 18 años de gobierno ininterrumpido, ya no moviliza a nuevos votantes es la imparable caída de voto de UPN. El mayor porcentaje de voto lo obtuvo este partido foralista en las elecciones generales de 2000, cuando su cartel era José María Aznar: 49,89% de la votación. Desde entonces, ni la foralidad, ni los pactos con el PSOE, ni Miguel Sanz, ni los molinos de viento ni la incorporación de los tránsfugas del CDN han conseguido paralizar esa decadencia.

VOTO A LA LISTA DE UPN

Año

ELECCIONES

VOTOS

1995

FORALES

91.163

1996

GENERALES

120.335

1999

FORALES

125.497

2000

GENERALES

150.995

2003

FORALES

126.725

2004

GENERALES

127.653

2007

FORALES

138.031

2008

GENERALES

133.059

2011

FORALES*

135.025

2011

GENERALES

126.516

* Suma de los resultados de UPN y PP, que se presentaron separados.

El voto de la derecha navarra, navarrista o no, reunió en 2011 entre un 42 y un 38% de los sufragios. ¿Qué pasa con el otro 60%? Si contamos a socialistas, Bildu, Izquierda Unida y los principales partidos de la coalición Nafarroa Bai (Aralar y EA), la mayoría del electorado navarro es de izquierdas. En la división sobre el abertzalismo, el fiel de la balanza corresponde a los socialistas; Izquierda Unida navarra, como la vasca, gira en la órbita abertzale. Mucho votante desencantado del PSOE se dirige a los partidos de izquierdas abertzale.

Desde que Zapatero y su PSOE aceptaron que la nación española es discutida y discutible, al lento descenso de UPN le acompaña una caída brusca de los socialistas. No es que UPN pierda unos miles votos, es que el PSN los pierde a chorros.

Los socialistas han pasado en tres años de 117.920 votos en las generales de 2008 a 51.238 en las autonómicas de 2011, el peor resultado que jamás ha tenido este partido, incluido 1977; y paradójicamente bajo la dirección de Roberto Jiménez, que ahora exige la dimisión de Yolanda Barcina.

El 'pacto de progreso' con Batasuna o Bildu

En unas circunstancias en que el electorado navarro es mayoritariamente de izquierdas y en que ETA no asesina, ¿sería capaz el PSOE de pactar con Bildu? Por supuesto que sí, y si no lo ha hecho antes se debe a la repercusión que una alianza con Bildu pudiera tener para los socialistas en el resto de España. Hasta junio de 1982, la agrupación socialista navarra formaba parte del Partido Socialista de Euskadi y se desgajó para fundar el PSN-PSOE, sin duda pensando en las elecciones autonómicas de 1983, cuando duplicó sus votos respecto a las de 1979.

En las elecciones regionales de 1991, UPN quedó como primer partido en voto (20 escaños, uno por delante del PSN) y podía obtener el Gobierno por una norma de su estatuto (Ley de Amejoramiento) que, como ocurre con los alcaldes, da la presidencia al candidato de la lista más votada si ningún otro obtiene la mayoría absoluta (investidura automática) y que se eliminó en 2001. El socialista Gabriel Urralburu, presidente hasta entonces, necesitaba sumar a sus 19 parlamentarios y los tres de EA, con los que había negociado un Gobierno de coalición, y los siete de Herri Batasuna. Y se los pidió públicamente, para un Gobierno de progreso y para que la derecha siniestra no llegase al poder, la misma cantinela que han usado los socialistas para pactar con el BNG y ERC.

Hay que reconocer que el candidato de UPN en 1991, Juan Cruz Alli, también hizo guiños a HB, como la reforma del trazado de la autovía de Leizarán, entonces la bandera ecologista de ETA y su entorno.

El PP de Rajoy ha renunciado a la batalla de las ideas, pero es que UPN lo hizo desde el principio. En sus casi 20 años de gobierno autonómico, UPN no ha planteado un discurso alternativo. Los Gobiernos de Cruz Alli, Sanz y Barcina han subvencionado a las asociaciones culturales abertzales, alterado la toponimia navarra según las normas de la Academia de la Lengua Vasca y promovido la euskaldunización de la enseñanza, pese a que el porcentaje de navarros euskoparlantes no alcanza el 12%.

En resumen, UPN perderá el Gobierno navarro este año o en 2015, pero no por una conspiración en una herriko taberna, sino por su propia culpa. Y entonces llorarán como Boabdil.

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