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Walter Williams

La mala educación negra

El Estado de bienestar ha conseguido lo que el racismo de Jim Crow, la discriminación y la pobreza no pudieron: la ruptura de la estructura familiar negra y el establecimiento de unos valores completamente ajenos a los tradicionales.

Tiempos difíciles en el Instituto Douglass es un documental de la HBO emitido el pasado junio. Sus imágenes recogen gran parte del año escolar 2004-2005 en el Instituto de alumnado predominantemente negro Frederick Douglass de Baltimore. La tragedia es que lo que allí se muestra es característico de los centros escolares urbanos en los que la mayoría de los alumnos son negros.


Los estudiantes protagonistas del Douglass se encuentran a cuatro o cinco años de la graduación. La mayor parte de los alumnos de 14 años leen como si tuvieran 8, 9 ó 10. En 2006, apenas el 24% de sus estudiantes sacó aprobó en lectura, y en matemáticas sólo pasó el 11%, una mejora sobre años anteriores. Sólo un estudiante logró obtener más de 1.000 en el examen de ingreso a la universidad; otro sacó 440 de 1.600. Se ponen 400 puntos sólo por escribir el nombre. De sus 1.100 estudiantes, entre 200 y 300 se ausentan a diario. Muchos de los que hacen acto de presencia llegan tarde a clase; remolonean por los pasillos y abandonan el centro durante el día. Apenas la mitad de los 500 alumnos nuevos de educación básica vuelve para continuar el segundo año, y muchos menos llegan a graduarse.


El 66% del profesorado carece de homologación. Incluso si no hubiera carencia de profesores homologados, dudo que muchos de ellos con alternativas atractivas quisieran enseñar en esta escuela. El Instituto Douglass no es un lugar para profesores que esperen mucho de sus estudiantes. El profesor de inglés McDermott dimitió a mitad de curso diciendo que "La enseñanza pasa a ser secundaria, y la disciplina es lo principal. No creo que lo que yo haga suponga una diferencia ya."


Las cámaras siguieron a la entonces directora Isabelle Grant en su visita a la casa de una absentista crónica. A la estudiante, que lee como si tuviera 10 u 11 años, le promete que si asiste a la escuela con regularidad pasará a undécimo curso. Es imposible eliminar un déficit de lectura de cuatro años en un semestre. Los profesores son presionados para que aprueben a los estudiantes que suspenden. El documental nos cuenta que a pocos días de la graduación el centro pasó de tener 138 futuros graduados a contar 200. Hacer pasar de curso y graduar a estudiantes que no han sacado las notas requeridas es un fraude académico en toda regla.


Los profesores y el personal del Instituto Douglass parecen ser personas atentas y preocupadas, pero los pobres resultados académicos demuestran que preocuparse y comprometerse no es suficiente. Las aulas virtualmente vacías, grabadas en la noche previa al primer día de clase, sugieren el poco interés paterno en la educación de sus hijos. El comportamiento en el centro pone de manifiesto el poco interés de los estudiantes. Algunos pasan el tiempo lectivo riéndose, bromeando y peleándose entre sí. Otros dejan reposar la cabeza sobre los pupitres, aparentemente indiferentes a las explicaciones del profesor. Muchos de los que toman parte en las conversaciones entre profesor y alumno sobre asuntos académicos exhiben una capacidad de razonamiento muy limitada.


El Frederick Douglass fue fundado en 1883. Antes de ser rebautizado se llamó Centro de Formación y Enseñanza para las Personas de Color. Es uno de los institutos negros más antiguos de la nación. Fue un punto de encuentro para los estudiantes negros más brillantes de Baltimore. Entre sus historiales de éxito figuran los de Thurgood Marshall y Cab Calloway, así como varios jueces, congresistas y líderes de la lucha por los derechos civiles. Le garantizo que si pudiéramos acceder a ellas, las notas de los exámenes de aquellos tiempos no mostrarían la diferencia de nivel académico entre entonces y ahora. Por otra parte, ningún alumno que se graduase en el Instituto Douglass en los años 40 ó 50 del siglo XX podría comparar el comportamiento de los estudiantes de entonces con el que muestra el documental.


Los políticos y el estamento académico afirman que necesitamos más dinero, aulas más reducidas y edificios renovados para conseguir la excelencia académica negra. Cuando abrió, el instituto Frederick Douglass no contaba con los recursos disponibles hoy en día. Si los negros lo lograron en circunstancias de mucha mayor pobreza, burda discriminación y menos oportunidades, ¿quién dice que no puedan hacerlo ahora? Lo queramos o no reconocer, el Estado de bienestar ha conseguido lo que el racismo de Jim Crow, la discriminación y la pobreza no pudieron: la ruptura de la estructura familiar negra y el establecimiento de unos valores completamente ajenos a los tradicionales, alto nivel de exigencia moral, trabajo duro y logros.


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