
Cuando una persona adquiere un vehículo, es posible que, con el paso del tiempo, sienta la necesidad de modificar alguna de sus partes. Estos cambios pueden ser menores, como repintar un coche que ha perdido color con los años, o más destacables, como la incorporación de un alerón en la parte trasera. Sea la reforma que sea, la persona titular del vehículo debe conocer las pautas legales en España y saber que algunas de ellas requieren de la homologación oficial por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Según el Real Automóvil Club de España (RACE), prácticamente cualquier elemento perteneciente al habitáculo del coche puede ser modificado sin necesidad de homologación. Por ejemplo, cambiar el sistema de sonido o el tapizado de los asientos, modificaciones meramente estéticas que no afectan al funcionamiento del vehículo. A su vez, tampoco requiere de homologación el cambio de color de la carrocería, la modificación de las llantas o de los neumáticos, siempre que se respeten los tamaños máximos establecidos de serie por el fabricante.
El proceso de homologación
Por otro lado, existen una serie de modificaciones que la DGT considera como "reformas de importancia", para las que sí será necesario realizar el proceso legal de homologación. Estas serían cualquier cambio que afecte a: la identificación del vehículo, la unidad motriz o motor, la transmisión, ejes, suspensión, dirección o frenos, la carrocería, los dispositivos de alumbrado y señalización y las uniones entre vehículos tractores y sus respectivos remolques o semirremolques.
Para ejecutar una reforma que afecte a alguna de estas partes, primero se deberá presentar un proyecto en el que se expongan con detalle todos los cambios a realizar y un informe de conformidad que debe emitir un servicio técnico autorizado o el fabricante del vehículo. Con esta información, se deberán realizar las modificaciones en un taller autorizado para ello, donde, de igual manera, todos los materiales incorporados deberán estar homologados.
Tras haber recibido el certificado del taller, se deberá presentar el vehículo en una estación de ITV autorizada para su revisión en un plazo inferior a 15 días desde que tuviera lugar la reforma. Si se certifica que las modificaciones cumplen con las condiciones de seguridad y restricciones medioambientales para poder ser conducido legalmente, se formulará la nueva ficha del vehículo que incluirá los cambios realizados. Por último, será necesario solicitar un nuevo permiso de circulación.
En caso de modificar un vehículo sin pasar por este proceso, se estaría incumpliendo la ley y el conductor se enfrentaría a una multa de hasta 500 euros. Además, en caso de accidente, se arriesgaría a que la aseguradora no garantice las coberturas contratadas.