Desde ahora mismo soy del Sevilla y también del Hércules, ¡qué coño!
Porque no me gusta el fútbol, que si no me haría socio del Hércules C.F.
Seguro que va al Farsa, muy equidistante con los Etarras como siempre.
Ocho jugadores de la Real Sociedad son proetarras.
No está mal la proporción. !Qué delicia!
Para salir de su engaño deberían leer la obra del
gran historiador medievalista Don Claudio Sánchez Albornoz
titulado "ESPAÑA UN ENIGMA HISTÓRICO" y muy especialmente
el Capítulo 8 "Vasconia o la España sin romanizar".
También les recomiendo "EL OCASO DE LOS FALSARIOS" del
historiador navarro Jaime Ignacio del Burgo.
Por ser lo que es y por lo que demuestra, está bien que vaya sintiendo el desprecio, no de la aficción del Hércules, sino la de toda España.
Hasta ahora, la Real Sociedad viene fichando a jugadores rusos, croatas, brasileños, franceses, etc, pero nunca, NUNCA, ha fichoado ni fichará a un chico extremeño, castellano o manchego, ya que al parecer, al no ser vascos pueden contaminar el Rh nazi-onalista.
Pues, con independencia de su repugnante padre y de las repugnantes ideas de este chico, lo que hay que hacer es aplicar el principio de reciprocidad y que el jovenzuelo juegue en el Beasaín, en el Mondragón o en el Elorrio, que allí será aclamadopor los de BILDUETA, repugnantemente y prevaricadoramente legalizados por el Tribunal Gubernamental (nada de Constitucional).
Como diría la canción, los chicos con los chicos, las chicas con las chicas, los nazis con los nazis y los asesinos......RIP.
Una buena noticia. Así es como tiene que reaccionar la sociedad española. No podemos quedarnos como si no hubiera pasado nada. Han sido 1000 asesinatos y una sociedad todavía coaccionada por el matonismo de ese grupito
Me parece perfecta la decisión del Hércules. Cada uno en su sitio y las ratas... a la cloaca.
Si el hijo es proetarra sobran razones para no ficharlo. No por lo que es su padre, sino por lo que es él.
Bravo por la directiva y la afición del Hércules, espero que cunda el ejemplo en toda España y que antepongan sus valores democráticos a otro tipo de intereses menores.
No podemos exigir firmeza a nuestros políticos ante el entorno etarra y que luego la ciudadanía sea tolerante con él por intereses propios.