
Según las últimas cifras del Ministerio de Educación y Formación Profesional, solo 51.396 estudiantes con altas capacidades están identificados, de un total de 8.322.694 alumnos en enseñanzas no universitarias en España. Este número equivale al 0,62%, una cifra que no corresponde con lo habitual, ya que por estadística el 2% de los alumnos son superdotados y al menos un 10% cuentan con altas capacidades.
Se estima entonces que más de 110.000 estudiantes superdotados y más de 600.000 alumnos con altas capacidades no reciben el apoyo educativo necesario. Estos datos podrían estar influyendo en el fracaso escolar, ya que se calcula que alrededor del 50% de estos estudiantes podrían estar afectados, según los estudios del propio Ministerio. Los niños superdotados necesitan una educación especial que, si no reciben, tienen mayores posibilidades de sufrir fracaso escolar y problemas de adaptación.
A pesar de que las pruebas para detectar si un niño tiene altas capacidades deben realizarse a través de expertos, como neuropsicólogos, psicopedagogos y psicólogos, existen ciertos comportamientos comunes que pueden indicar señales.
¿Cuáles son los comportamientos?
En primer lugar, si el niño es muy curioso y muestra un incansable interés por aprender, puede tener altas capacidades. Si es capaz de formular preguntas complejas y profundizar en temas que le apasionan, podría ser una señal de que tiene un talento único. Asimismo, suelen desear entender el "por qué" y el "cómo" de todo.
La sensibilidad emocional es otro de los grandes rasgos de estos niños. Sin embargo, puede llegar a crearles problemas cuando no entienden algo o no pueden conectar con otros niños de su edad. Su empatía e inteligencia emocional también son superiores en comparación con el resto.
La resolución de problemas complejos también es otro de los grandes rasgos de los niños superdotados. Suelen progresar con rapidez en habilidades cognitivas y lingüísticas, aunque también es común que se queden atrás en tareas cotidianas de su edad, como atarse los zapatos.
Por último, los niños con altas capacidad tienden a reflexionar profundamente sobre cuestiones existenciales. Suelen plantearse interrogantes sobre la vida, la muerte, la injusticia o el propósito de la existencia, temas que generalmente se asocian con edades más avanzadas. A pesar de que son preguntas extrañas para su edad, evidencian una mente inquieta y curiosa.
Otras características
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Dominio del lenguaje y expresión avanzada: Los niños con altas capacidades desarrollan un vocabulario amplio, mostrando gran habilidad tanto en la comunicación verbal como escrita.
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Gran memoria: Poseen una capacidad excepcional para retener y recordar información con facilidad.
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Pensamiento abstracto desarrollado: Comprenden conceptos complejos con rapidez y facilidad, mostrando un razonamiento lógico avanzado.
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Enfoque y concentración prolongada: Pueden mantenerse atentos durante largos períodos cuando el tema les interesa.
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Gran creatividad e imaginación: Encuentran soluciones innovadoras a problemas y disfrutan explorando nuevas ideas.
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Autonomía y toma de decisiones: Suelen mostrar independencia y confianza para resolver situaciones por sí mismos.
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Sentido del humor: Captan ironías, sarcasmos y juegos de palabras antes que otros niños de su edad.
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Alta energía y dinamismo: Son inquietos, activos y buscan constantemente nuevos estímulos intelectuales.
Diferencia entre superdotado y altas capacidades
A pesar de que ser superdotado y tener altas capacidades parecen conceptos idénticos, hay que diferenciarlos. Los superdotados, según las pruebas estandarizadas, como Lewis Terman o Stanford-Binet, corresponden al 2% de la población escolar. Tienen un coeficiente intelectual de 130 o superior y necesitan educación especial.
Mientras tanto, los estudiantes con altas capacidades tienen un coeficiente intelectual de 120, constituyendo el 10% de la población escolar. Este concepto aparece en las leyes de Educación en España para definir a aquellos estudiantes que son más capaces que sus compañeros.