
Seguro que en más de una ocasión se ha escuchado el concepto de ataraxia, que parece muy novedoso pero es realmente antiguo... Esta consiste en un estado de ánimo en el que no se siente nada, ni sufrimiento, ni ira, ni felicidad. De hecho, para la filosofía griega, la ataraxia es sinónimo de imperturbabilidad. Hay que recordar que el objetivo vital de los griegos consistía en alcanzar un estado mental que les permitiera vivir en calma, y desechaban así cualquier sentimiento negativo que les inquietara y les alejara de esa meta espiritual.
La ataraxia puede parecer algo interesante pero el hecho de que nada te afecte termina afectando de una u otra manera a la calidad de vida de cada uno. Aunque, en cierto modo, se viviría más tranquilo de esa manera. Por ello, la ataraxia se presenta como un concepto atractivo, pero en realidad resulta ser un problema si se muestra indiferencia ante determinadas cuestiones, porque uno se convierte en conformista, y lo termina trasladando a más ámbitos de la vida.
Dependiendo del contexto, la ataraxia puede ser interpretada de diferentes maneras. En psicología, se la entiende como un mecanismo de autocontrol y concentración que permite una pausa emocional, que llevada al extremo puede ser muy perjudicial. La ataraxia, por su tranquilidad y ausencia de miedo o deseo, influye en la personalidad, comportamiento y habilidad para enfrentar la vida. Sin embargo, la falta de frustración o ira puede tener un impacto negativo en quienes la experimentan.
No hay que olvidar que las emociones son una parte integral de las personas y, por ello, tanto las positivas como las negativas hay que aprender a gestionarlas y a vivir con ellas. La tranquilidad de la ataraxia ayuda a gestionar las emociones y tomar mejores decisiones.
Como se ha comentado anteriormente, este concepto tiene sus raíces en la filosofía griega antigua, donde era considerado un objetivo fundamental para alcanzar una vida plena y equilibrada. Aunque el término se asocia principalmente con corrientes filosóficas como el epicureísmo y el escepticismo, también tuvo gran relevancia en el estoicismo. Hoy en día, la ataraxia se interpreta como un estado deseable en contextos de bienestar emocional y salud mental. En un mundo marcado por el estrés y la ansiedad, este concepto resuena con prácticas modernas como la meditación, el mindfulness y la filosofía de la aceptación.
Cómo identificar la ataraxia
- En el terreno laboral: Lo más común sería cuando no uno no se inmuta en esos momentos en los que hay cambios que le afectan, sean de manera directa o indirecta, y se aceptan aunque sean injustos o cuando se siente ausencia de ciertas inquietudes.
- En el terreno sentimental: Cuando uno está en una relación por estar, aunque haya detectado que es tóxica y que no va a ningún lado. También cuando la pareja te deja y te da igual, porque terminas pensando que no eras suficiente.
- En el terreno personal: Cuando se evitan conflictos aun sabiendo que enfrentándose a ellos podría arreglarse la situación o, por ejemplo, cuando personas del círculo te "traicionan" e intentas pasar de ello y además no se lo dices.
Síntomas de ataraxia
- Falta de iniciativa
- Falta de emociones intensas
- Falta de empatía
- Falta de límites
- Ausencia de frustración
- Apatía
¿Cómo aplicar la ataraxia en el mundo actual?
Bebiendo de estas tres doctrinas filosóficas, se puede aprender cómo alcanzar la ataraxia en medio del loco y frenético mundo actual. Aunque no se vive bajo las mismas circunstancias que los antiguos griegos, sus lecciones siguen siendo sorprendentemente vigentes
- Priorizar lo esencial: Tal como enseñó Epicuro, es importante distinguir entre lo que realmente se necesita y lo que se desea por impulso. Hay que reflexionar sobre qué es indispensable para el bienestar, como el tiempo con los seres queridos o una buena salud, y evitar dedicar energía a conseguir placeres efímeros o superfluos.
- Aceptar lo que no se puede cambiar: Siguiendo el ejemplo de los estoicos, es importante diferenciar entre aquello que está bajo control y lo que no lo está. Aceptar las circunstancias que no se pueden modificar ayudará a reducir la ansiedad y a concentrarse en aquello sobre lo que sí se puede influir.
- Suspender el juicio innecesario: Al estilo escéptico, hay que evitar formarse opiniones precipitadas o absolutas sobre personas y situaciones. Es bueno adoptar esta costumbre como un ejercicio para mantener la mente abierta y libre de conflictos internos, lo que fomentará una mayor serenidad.
- Mindfulness y otras técnicas modernas: La meditación, el mindfulness y el minimalismo, entre otras prácticas modernas, pueden ayudar a trabajar los principios de la ataraxia. Estas herramientas permiten enfocarse en el presente, reducir las distracciones y cultivar un estado de calma que beneficia la salud mental y emocional.
Significado de ataraxia en filosofía
La ataraxia, que se refiere a un estado de tranquilidad mental, tiene un papel importante en las filosofías de los estoicos y epicúreos. El término «ataraxia» significa «tranquilidad del ánimo» o «imperturbabilidad del espíritu» debido a la ausencia de temores y penas. Es una condición que se caracteriza por la completa tranquilidad y la ausencia total de deseos o miedos.
- Ataraxia según los estoicos: Para los estoicos romanos, la ataraxia es un subproducto de buscar la «eudaimonia», que es la mejor versión posible. Consideran la ataraxia como un beneficio o un regalo que resulta de este esfuerzo. El camino para lograr la ataraxia, según los estoicos, es a través de la «apatheia», que es un estado de imperturbabilidad donde las emociones no pueden perturbar nuestra serenidad.
- Ataraxia según Epicuro: En palabras de Epicuro, fundador de la escuela de pensamiento epicúreo, el placer es la principal búsqueda en la vida, pero no cualquier tipo de placer. Epicuro especifica en su Epístola a Meneceo que no se refiere al placer basado en la indulgencia o la corrupción, sino a la ausencia de sufrimiento físico y perturbación mental.
- Ataraxia en psicología: La ataraxia puede presentarse en el ámbito de la salud mental caracterizada por una falta de frustración o enfado, y esto puede no ser saludable. Es fundamental experimentar estas emociones para crecer como individuos. Por ejemplo, si nos sentimos desilusionados por alguien, esa emoción nos ayudaría a alejarnos de personas que podrían dañarnos. Es así que cualquier alteración en nuestras emociones podría ser un indicativo de que algo no está funcionando correctamente. En este sentido, la ataraxia, si se convierte en un trastorno, puede ser dañina.

