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Violencia en las aulas: el 50% de los docentes ha sufrido algún tipo de agresión en el último año

El 54% de los adolescentes reconoce haber participado o presenciado situaciones de discriminación.

El 54% de los adolescentes reconoce haber participado o presenciado situaciones de discriminación.
aula, guiyang, tablas | Pixabay/CC/weisanjiang

Empujones, insultos y salivazos. La ‘escalada bélica’ en las aulas es una realidad palpable, y tanto alumnos como profesores están siendo víctimas. Según dos recientes estudios, uno del Observatorio Social de la Fundación La Caixa y otro del sindicato CSIF, el 50% de los docentes ha sufrido algún tipo de agresión en el último año, mientras que más de la mitad de los adolescentes ha presenciado actos de discriminación o burlas hacia sus compañeros. Todos estos datos dejan en mal lugar a la ministra Pilar Alegría, la máxima responsable de la educación en España.

Los datos revelan una realidad preocupante: el 54% de los adolescentes reconoce haber participado o presenciado situaciones de discriminación, que van desde motes ofensivos hasta agresiones físicas. A esto se suma que el acoso no solo viene de los alumnos. En un pequeño porcentaje, incluso algunos profesores participan en dicho acoso. Además, el ataque a docentes también ha mutado: ahora se manifiesta en redes sociales o grupos de WhatsApp, con insultos, amenazas o difusión de imágenes tomadas sin consentimiento.

"Cada vez es peor"

Sonia, profesora en Castilla y León con una amplia trayectoria en institutos, centros de formación profesional y escuelas de idiomas, confirma esta situación. En una entrevista En casa de Herrero, afirma sin rodeos: "No, Lorena no ha exagerado en absoluto. Lo que ha descrito es, tristemente, nuestra realidad". Con más de dos décadas en la docencia, Sonia afirma que la situación ha empeorado: "Esto no siempre ha sido así. Es cada vez peor. El respeto hacia el docente ha disminuido mucho y los adolescentes se sienten impunes".

Además, la actitud de las familias ha cambiado: "Muchas veces los profesores tenemos más miedo a los padres que a los alumnos. Estos chicos sienten que pueden hacer lo que quieran porque tienen el respaldo de sus familias".

Sonia denuncia también el uso abusivo del móvil en clase, que ha añadido una nueva dimensión a la violencia escolar: "Ahora los alumnos pueden grabarte, hacer vídeos para TikTok, buscar tus datos personales y amenazarte con publicarlos", asegura. Y añade: "A veces los padres presionan para conseguir un certificado médico, o para que pongas una nota más alta".

Desprotección

La sensación de desprotección es generalizada: "No contamos con el respaldo de la administración. Nos protegemos entre nosotros. Damos clase con las puertas abiertas por si un compañero tiene que venir a ayudarnos", explica. "Damos clase por vocación, pero cuesta mucho mantenerla" A pesar de todo, Sonia destaca la vocación como motor fundamental.

"Nos gusta dar clase, pero muchas veces perdemos el tiempo intentando controlar situaciones, mediar entre alumnos, protegernos... Y eso desgasta". La profesora también señala que las medidas actuales son insuficientes y que los procedimientos administrativos para denunciar situaciones de violencia son lentos e ineficaces.

"Necesitamos una ley de autoridad del docente que sea real, que tenga instrumentos y estrategias que se apliquen de verdad en el día a día". "No queremos algo simbólico, sino una legislación que de verdad proteja al profesor y le devuelva la autoridad que ha perdido", concluye Sonia, con voz firme pero resignada.

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