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Por qué los niños de San Ildefonso cantan los premios de la Lotería: una tradición con más de dos siglos de historia

Lo que comenzó como una práctica benéfica se convirtió en uno de los símbolos más reconocibles del sorteo de Navidad.

Lo que comenzó como una práctica benéfica se convirtió en uno de los símbolos más reconocibles del sorteo de Navidad.
Dos niños de San Ildefonso cantan los números y sus correspondientes premios al inicio del sorteo extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional este viernes en el Teatro Real de Madrid. | LD/Agencias

Cada 22 de diciembre, las voces de los niños del Colegio de San Ildefonso marcan el inicio de uno de los eventos más esperados del año en España: el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. "Miiiiiil eeeeuuuuroooooos", probablemente sea el cántico más escuchado de la mañana. Pero ¿por qué son ellos quienes cantan los números y los premios? La respuesta se remonta a más de dos siglos de historia.

El Colegio de San Ildefonso, uno de los más antiguos de Madrid, fue creado por el Ayuntamiento de Madrid en el siglo XV y acogía en sus orígenes a niños huérfanos o sin recursos ofreciéndoles una formación poco común como esgrima, taquigrafía, solfeo... Cuando la Lotería comenzó a implantarse en España en el siglo XVIII, la institución fue elegida para participar en el sorteo por varias razones.

De una práctica benéfica a una tradición

Sus alumnos recibían formación musical, tenían una dicción clara y eran considerados imparciales, lo que aportaba confianza al proceso. Además, el colegio dependía del Estado, igual que la propia Lotería, facilitando la colaboración.

Lo que al principio fue una solución práctica y benéfica terminó convirtiéndose en tradición. Con los años, la imagen de los niños cantando los números se consolidó como un símbolo del sorteo y de la Navidad en España.

Lo que sí ha evolucionado con el paso del tiempo es quiénes suben al escenario cada 22 de diciembre. Durante nueve décadas, en el Sorteo de Navidad solo se oían voces masculinas, ya que el Colegio de San Ildefonso funcionó como un internado exclusivamente para chicos hasta 1981. Fue en ese año cuando el centro abrió sus puertas a las primeras alumnas, que no tardaron en incorporarse también al canto de los números y los premios.

Desde entonces, cada año participa un grupo de unos treinta estudiantes, niños y niñas de entre 8 y 14 años, seleccionados entre quienes se presentan voluntariamente para formar parte del sorteo.

El niño de ‘El Gordo’

Hoy, participar en el evento es considerado un honor dentro del colegio. Los estudiantes se preparan durante meses, se selecciona a los mejores y se cuida cada detalle para mantener viva una tradición que se ha transmitido de generación en generación.

Sus voces, firmes y emocionadas, son las encargadas de repartir suerte a millones de personas cada 22 de diciembre. Pero todos ellos sueñan con cantar el gran premio, "El Gordo" de la Navidad.

La presencia de los niños de San Ildefonso no solo aporta continuidad histórica, sino que también refuerza la identidad cultural del sorteo. Su inconfundible canto es, para muchos españoles, el verdadero pistoletazo de salida de las fiestas navideñas. Probablemente este canto le suene a todos los españoles: "Miiiiil eeeeuuuuroooss...".

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