L D (EFE) Suso de Toro, que fue el ganador el pasado año del Premio Nacional de Narrativa con su novela "Trece campanadas", explicó que la democracia funciona así pero ha habido otros libros con una dignidad literaria mucho más grande, y estoy chocado con este premio; es un galardón nacional, no un premio comercial, y se supone que premia la buena literatura y para mi la literatura es otra cosa".
Para el escritor gallego, la novelas finalistas, "El hijo del acordeonista", de Bernardo Atxaga, "El purgatori de F. Mira, la de José María Merino o la de Martínez de Pisón eran mucho mejores y si se trataba de votar a la mejor obra de ficción editada en España hemos votado un disparate". "Una cosa son los premios editoriales y otra fijar la ambición literaria y los logros, esto es una responsabilidad seria, por lo que creo que nos hemos equivocado y hemos sido injustos porque se hace muy buena literatura en todas las lenguas, obras que reflejan la ambición y los logros y este fallo es injusto para las letras españolas", subrayó el autor.
En parecidos términos se expresó otro miembro del jurado, María José Olaziregi, de la Real Academia Vasca, quien señaló que "ha sido una sorpresa para todos, porque el debate literario en torno a la novela de Atxaga ha sido unánime, y luego las votaciones se han decantado por Prada. Es una novela que no está a la altura del Premio Nacional y nos hemos quedado desconcertados". Víctor Fernández Freixanes, de la Real Academia Gallega, y también miembro del jurado, señaló que se iba decepcionado". "Un texto es un texto, y no hemos acertado, y con la de Bernardo Atxaga, por ejemplo, no había color, se votan cosas que no tienen que ver con la literatura, sino con los prejuicios.
Diferente ha sido la opinión de otros miembros del jurado, como la de Gonzalo Santonja, de la Asociación Colegial de Escritores, quien señaló que "a pesar de haber contado con buenos libros, la obra de De Prada es un libro que en la carrera de un escritor joven significa una ruptura con los anteriores trabajos y abre puertas afuera a nuevos temas, y planteamientos con una mayor barroquización del lenguaje". En parecidos términos se expresó el vicedirector de la Academia de la Lengua, Gregorio Salvador: "Siempre al final quedan dos o tres entre las que está la cosa, y unos prefieren unas y otros otras, y, a lo mejor, alguna que se ha quedado antes en el camino, es lógico.
"Había muchas obras valiosas y lo que queda es el acta del jurado, donde se dicen los votos que ha tenido cada obra, luego, los juicios personales son de cada cual. Estas valoraciones son ya juicios a posteriori. Cuando uno participa en un jurado, la decisión final se hace por mayoría, lo mejor es ya no ocuparse más del asunto", concluyó.
Para el escritor gallego, la novelas finalistas, "El hijo del acordeonista", de Bernardo Atxaga, "El purgatori de F. Mira, la de José María Merino o la de Martínez de Pisón eran mucho mejores y si se trataba de votar a la mejor obra de ficción editada en España hemos votado un disparate". "Una cosa son los premios editoriales y otra fijar la ambición literaria y los logros, esto es una responsabilidad seria, por lo que creo que nos hemos equivocado y hemos sido injustos porque se hace muy buena literatura en todas las lenguas, obras que reflejan la ambición y los logros y este fallo es injusto para las letras españolas", subrayó el autor.
En parecidos términos se expresó otro miembro del jurado, María José Olaziregi, de la Real Academia Vasca, quien señaló que "ha sido una sorpresa para todos, porque el debate literario en torno a la novela de Atxaga ha sido unánime, y luego las votaciones se han decantado por Prada. Es una novela que no está a la altura del Premio Nacional y nos hemos quedado desconcertados". Víctor Fernández Freixanes, de la Real Academia Gallega, y también miembro del jurado, señaló que se iba decepcionado". "Un texto es un texto, y no hemos acertado, y con la de Bernardo Atxaga, por ejemplo, no había color, se votan cosas que no tienen que ver con la literatura, sino con los prejuicios.
Diferente ha sido la opinión de otros miembros del jurado, como la de Gonzalo Santonja, de la Asociación Colegial de Escritores, quien señaló que "a pesar de haber contado con buenos libros, la obra de De Prada es un libro que en la carrera de un escritor joven significa una ruptura con los anteriores trabajos y abre puertas afuera a nuevos temas, y planteamientos con una mayor barroquización del lenguaje". En parecidos términos se expresó el vicedirector de la Academia de la Lengua, Gregorio Salvador: "Siempre al final quedan dos o tres entre las que está la cosa, y unos prefieren unas y otros otras, y, a lo mejor, alguna que se ha quedado antes en el camino, es lógico.
"Había muchas obras valiosas y lo que queda es el acta del jurado, donde se dicen los votos que ha tenido cada obra, luego, los juicios personales son de cada cual. Estas valoraciones son ya juicios a posteriori. Cuando uno participa en un jurado, la decisión final se hace por mayoría, lo mejor es ya no ocuparse más del asunto", concluyó.