L D (EFE) Las aguas contaminadas con todo tipo de desecho urbano todavía cubren, hasta una altura de 1,5 metros, vastas áreas del este y el norte de la ciudad y están siendo devueltas lentamente al lago Pontchartrain. Unidades militares y policiales seguirán este sábado la búsqueda metódica de supervivientes de la inundación que siguió a la ruptura de diques en varios puntos de Nueva Orleans. Unidades de la Guardia Nacional llegadas de todos los estados continentales, emplean camiones altos con los cuales recorren los barrios todavía anegados, pero no tienen autoridad legal para entrar a las viviendas en busca de supervivientes o de cadáveres.
Los soldados y policías, que cubren sus rostros con máscaras para evitar el hedor del agua estancada, emplean altavoces con los cuales instan a la población a que salga de las viviendas. En sus recorridos por los canales en que se han convertido las calles, los soldados observan para encontrar indicios de supervivientes, como ropa lavada y colgada a secar, o la presencia de perros bien alimentados.
Ha disminuido sustancialmente el número de incidentes violentos, después de ocasiones en las que las fuerzas de seguridad fueron blanco de disparos, aparentemente de merodeadores. Una fuente policial sugirió que esa violencia podría ser parte de la lucha por territorio de los traficantes de drogas que protegen su inventario en la ciudad abandonada.
La cadena de televisión "CNN" informó de que, según sus fuentes, han muerto 337 personas en Luisiana, Misisipi, Alabama, Florida y Georgia como consecuencia del huracán Katrina. En Nueva Orleans, las autoridades rebajaron las previsiones de miles de fallecidos como se temió en algún momento, ya que cada vez se hallan menos cadáveres.
Una situación que han encontrado repetidas veces los equipos de socorro es la de personas que, cuando subió el nivel del agua, se refugiaron en los áticos de las casas que no tienen acceso en el techo, y quedaron atrapadas sin herramientas para abrirse paso. En un edificio de nueve pisos de Midtown, una unidad de la Guardia Nacional de Oklahoma halló el viernes a varias personas con discapacidades físicas, algunas en sillas de ruedas, que habían permanecido aisladas desde la semana pasada.
Entre tanto, persisten las dificultades de comunicación entre las diversas unidades policiales y militares que han llegado a Luisiana, por la incompatibilidad de sus equipos de transmisión, algo que supuestamente se había resuelto tras los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001. Cuando los soldados encuentran cadáveres, no los recogen, sino que marcan su localización y la comunican al Departamento de Seguridad Nacional, que ha tomado bajo su autoridad la recogida y autopsia de víctimas en una morgue en St. Gabriel, 65 kilómetros al oeste de Nueva Orleans.
En el área metropolitana de Nueva Orleans permanecen sin servicio eléctrico unas 350.000 viviendas, negocios y edificios de oficinas, y en las "parroquias" o condados al sur de la ciudad empezó ayer a llegar la ayuda a las comunidades rurales. A ambos lados de los 120 kilómetros del curso del río Misisipi desde los muelles de Nueva Orleans hasta la desembocadura sobre el Golfo de México, en los condados de Plaquemines y St. Bernard hay comunidades que se dedican a la ganadería, la pesca, y el cultivo de camarones y ostras. La falta de electricidad ha impedido ordeñar las vacas y ha privado de hielo a los cultivadores de camarones y ostras, en otro daño económico de la devastadora tormenta.
Los soldados y policías, que cubren sus rostros con máscaras para evitar el hedor del agua estancada, emplean altavoces con los cuales instan a la población a que salga de las viviendas. En sus recorridos por los canales en que se han convertido las calles, los soldados observan para encontrar indicios de supervivientes, como ropa lavada y colgada a secar, o la presencia de perros bien alimentados.
Ha disminuido sustancialmente el número de incidentes violentos, después de ocasiones en las que las fuerzas de seguridad fueron blanco de disparos, aparentemente de merodeadores. Una fuente policial sugirió que esa violencia podría ser parte de la lucha por territorio de los traficantes de drogas que protegen su inventario en la ciudad abandonada.
La cadena de televisión "CNN" informó de que, según sus fuentes, han muerto 337 personas en Luisiana, Misisipi, Alabama, Florida y Georgia como consecuencia del huracán Katrina. En Nueva Orleans, las autoridades rebajaron las previsiones de miles de fallecidos como se temió en algún momento, ya que cada vez se hallan menos cadáveres.
Una situación que han encontrado repetidas veces los equipos de socorro es la de personas que, cuando subió el nivel del agua, se refugiaron en los áticos de las casas que no tienen acceso en el techo, y quedaron atrapadas sin herramientas para abrirse paso. En un edificio de nueve pisos de Midtown, una unidad de la Guardia Nacional de Oklahoma halló el viernes a varias personas con discapacidades físicas, algunas en sillas de ruedas, que habían permanecido aisladas desde la semana pasada.
Entre tanto, persisten las dificultades de comunicación entre las diversas unidades policiales y militares que han llegado a Luisiana, por la incompatibilidad de sus equipos de transmisión, algo que supuestamente se había resuelto tras los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001. Cuando los soldados encuentran cadáveres, no los recogen, sino que marcan su localización y la comunican al Departamento de Seguridad Nacional, que ha tomado bajo su autoridad la recogida y autopsia de víctimas en una morgue en St. Gabriel, 65 kilómetros al oeste de Nueva Orleans.
En el área metropolitana de Nueva Orleans permanecen sin servicio eléctrico unas 350.000 viviendas, negocios y edificios de oficinas, y en las "parroquias" o condados al sur de la ciudad empezó ayer a llegar la ayuda a las comunidades rurales. A ambos lados de los 120 kilómetros del curso del río Misisipi desde los muelles de Nueva Orleans hasta la desembocadura sobre el Golfo de México, en los condados de Plaquemines y St. Bernard hay comunidades que se dedican a la ganadería, la pesca, y el cultivo de camarones y ostras. La falta de electricidad ha impedido ordeñar las vacas y ha privado de hielo a los cultivadores de camarones y ostras, en otro daño económico de la devastadora tormenta.