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La Junta confiesa que prefiere profesores interinos antiguos a quienes aprobaron la oposición

La Junta de Andalucía sigue con su política de "amiguismo". Y esto es lo que ocurre con los profesores. El Gobierno autonómico reconoce que prefiere a los profesores interinos por el procedimiento del dedo, ubicados mediante una bolsa por antigüedad, que los que han aprobado la oposición.

La Junta de Andalucía sigue con su política de "amiguismo". Y esto es lo que ocurre con los profesores. El Gobierno autonómico reconoce que prefiere a los profesores interinos por el procedimiento del dedo, ubicados mediante una bolsa por antigüedad, que los que han aprobado la oposición.

LD (Pedro de Tena) Dicho con sus propias palabras, la Consejería de Educación lo expresa así: "Le daremos antes una interinidad a una persona que apruebe que al interino que suspenda". O sea, que la Consejería confiesa que, desde la transferencia de la Educación, la Junta de Andalucía ha dado preferentemente la interinidad a quien colocó a dedo o por el procedimiento de la bolsa por antigüedad que a quien aprobó las oposiciones, lo cual es, sencillamente, escandaloso.

El tema de los interinos docentes es un capítulo más del escándalo que afecta a Andalucía desde el inicio mismo de la Administración autonómica andaluza concebida para el servicio al PSOE y no para el servicio a los ciudadanos. Cuenta El País que hay en Andalucía nada menos que 10.700 interinos docentes, es decir, más del 11% del total del cuerpo educativo.

Desde 1983 a 1990, la Junta de Andalucía admitió a interinos de todas las clases por el procedimiento del dedo, procedimiento que confirman todas las fuentes sindicales y administrativas. Miles de personas entraron de ese modo en la Administración andaluza. Las primeras oposiciones regladas tuvieron lugar en 1990, once años después de constituida la Junta de Andalucía.

Como consecuencia de la obsesión del socialismo gobernante por contar con una Administración prosocialista, se crearon muy graves problemas de funcionamiento y muy graves problemas de justicia. En general, el procedimiento era el siguiente: primero, se metía a dedo a quién convenía o a quién se quería y luego, se trataba de regularizar su situación aportando una "mochila" de puntos a estos interinos a dedo, por antigüedad, habitualmente.

Consecuentemente, cuando había oposiciones regladas, los interinos metidos a dedo tenían mayores posibilidades de quedar en la Administración que los opositores no interinos, carentes de toda "mochila" de privilegios. Se ha dado el caso, que personal no interino aprobó las oposiciones convocadas y al no haber plazas, tuvieron que situarse en las bolsas de trabajo por detrás de quienes llevaban tiempo de interinos aunque no las habían aprobado. Un caos.

En la Educación andaluza, el sistema de interinato ha primado siempre la experiencia antes que la ciencia. Un interino con experiencia, aunque no aprobara las oposiciones, tenía preferencia sobre quien aprobaba las oposiciones pero no tenía la experiencia de haber estado en la Junta. Ahora, el Gobierno andaluz ha dicho que va a cambiar el sistema, treinta años después de la constitución de la administración andaluza y casi 25 años después de recibir la transferencia de la educación.

Ahora, la Junta anuncia que, por fin, sólo darán clase preferentemente quienes aprueben las oposiciones. Ahora, pues, tienen preferencia los más antiguos en el interinato. Dicha preferencia invita naturalmente a no estudiar las oposiciones porque, pase lo que pase, se seguirá teniendo preferencia. Sindicatos como UGT ya han advertido que no aceptarán tal reforma porque el interino con experiencia debe seguir siendo primado.

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