L D (EFE) En las poblaciones costeras, donde con más furia golpeó Katrina, el dantesco panorama que narraba este miércoles la portavoz de Cruz Roja, María Yabrudy, se conjugaba con el deseo de que "ojalá lleguen antes de 48 horas los camiones" con comida y agua, pues, según dijo, los supervivientes "lo han perdido todo". Yabrudy, que participa desde el primer momento en la coordinación de las labores de ayuda humanitaria de la Cruz Roja estadounidense en Biloxi, ha explicado tras visitar los lugares devastados que "hay casas destrozadas, otras simplemente desaparecidas".
Expresó su esperanza en que "antes de 48 horas lleguen los vehículos con comida y agua para esas familias", aunque reconoció que "sabemos que es difícil, hay muchos bloqueos de carreteras, aunque poco a poco se acercan". Tras destacar las enormes dificultades en las comunicaciones, agregó que es imposible saber cuantas personas en la zona costera de Misisipi no atendieron el llamamiento a la evacuación, pero aseguró que "muchísima gente se quedó aquí". Todos coinciden ahora en lamentar su decisión y afirman que "no quisieran vivir lo que vivieron, fue horrible", especialmente a quienes residen cerca de la playa y les tocó correr para poder ponerse a salvo.
Por el momento es pronto para conocer la suerte de muchos desaparecidos, según las autoridades, que centran ahora los esfuerzos en la asistencia a los supervivientes, en los críticos momentos de completo desabastecimiento que vive la región, carente de los servicios básicos como luz y agua, y con una conmoción generalizada. Hasta el momento se desconoce el paradero de 35 miembros de los servicios de emergencia del condado de Jackson que tuvieron que evacuar el propio centro de emergencias, aunque la portavoz de Cruz Roja destacó las dificultades para confirmar la información en medio del caos generalizado en la costa.
Yabrudy informó de que en Biloxi, donde el 25 por ciento de sus 50.644 habitantes censados tiene menos de 18 años, "había muchos niños, cuando las familias salían de sus escondites había muchísimos niñitos, de todas las edades". Al narrar las dificultades para superar la tragedia, recordó que "todos están incomunicados, no hay donde adquirir artículos, da igual (disponer de efectivo), no hay electricidad, no hay cajeros, esperamos que ojalá lleguen los camiones en las próximas 48 horas".
Además de la subsistencia inmediata, la región costera de Misisipi tiene unas difíciles perspectivas, pues los casinos y balnearios turísticos, que constituyen la principal actividad de la economía local, "han sido destrozados". Los desventurados habitantes de la zona, no sólo tendrán que hacer frente a los gastos ocasionados por el devastador Katrina, sino que tendrán que hacer frente a la importante pérdida de empleo, pues la actividad asociada al turismo costero puede representar en torno al 16 por ciento de los ingresos del Estado. Los niños no podrán regresar a la escuela antes de dos meses, según las primeras previsiones, pues sin agua, luz, ni carreteras las autoridades no pueden garantizar su actividad, volcada ahora en las labores de ayuda inmediata, explicó la portavoz, que dijo que a los 1.500 personas de su organización desplegadas en la zona esperan sumar en las próximas horas otros 2.000 voluntarios.