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Un donante anónimo paga la multa del sospechoso del caso Madeleine McCann para que salga en libertad

Si la policía no encuentra antes una prueba que lo incrimine, Christian Brueckner abandonará la cárcel el próximo 17 de septiembre.

Si la policía no encuentra antes una prueba que lo incrimine, Christian Brueckner abandonará la cárcel el próximo 17 de septiembre.
Brueckner durante el juicio por otros delitos sexuales, en 2024. | EFE

Christian Brueckner sigue siendo —a día de hoy— el único sospechoso de la desaparición y muerte de Madeleine McCann, la niña británica de 3 años que fue raptada mientras dormía en un apartamento turístico del Algarve el 3 de mayo de 2007. Sin embargo, las autoridades alemanas siguen buscando indicios para poder acusarle formalmente y así evitar que el depredador sexual salga de la cárcel después del verano.

El día 17 de septiembre, el pederasta no exclusivo (tiene a sus espaldas condenas por agresiones sexuales a adultos) habrá cumplido la pena de siete años de prisión que el Tribunal Regional de Braunschweig le impuso por la violación en 2005 de una anciana estadounidense —de 72 años— precisamente en Praia da Luz, la misma zona de la costa portuguesa en la que desapareció Maddie. Era su área de actuación habitual en la época estival.

La policía alemana trabaja contrarreloj, aunque albergaba la esperanza de ganar algo de tiempo debido a que Brueckner tenía el pago de una sanción pendiente de una condena anterior que estaba sin pagar. Una multa de 1.446 euros que tenía que pagar para poder salir de la cárcel en la fecha prevista. De lo contrario, tendría que haber cumplido otros 56 días de "pena de prisión alternativa". Algo que ya no ocurrirá.

Según informa el diario alemán Bild, un donante anónimo ha pagado esa cantidad para ayudar a Brueckner a salir en libertad cuanto antes. Aunque su defensa ha señalado lo contrario en declaraciones a la prensa, los investigadores que su intención es la de establecerse en un lugar del extranjero en el que pueda ocultarse y evitar ser capturado en caso de que se encuentre una prueba contundente contra él, en relación con el caso Madeleine McCann.

Investigado por otras desapariciones

Cuando raptan a Maddie, Brueckner vivía en el Algarve. Aproximadamente a tres kilómetros del complejo en el que veraneaban los McCann. Estuvo en el punto de mira desde el principio, pero no era el único pederasta que se encontraba en la zona coincidiendo con el periodo estival. Se le investigó como posible responsable de otras desapariciones ocurridas en la costa portuguesa, como la de René Hesse en 1996. Un niño de 6 años al que se habrían llevado mientras jugaba en la playa.

Residió allí desde 1995 hasta 2007. Tras la desaparición de la pequeña Maddie, se volvió a Alemania. La prensa le puso nombre en 2020, después de que la policía alemana hallara un sótano oculto en una parcela que frecuentaba precisamente cuando regresó al país, en la que encontraron material pedófilo. En 2016, las autoridades germanas ya encontraron 8.000 imágenes de pornografía infantil en la caravana en la que vivía, en una antigua fábrica abandonada, junto con grandes cantidades de bañadores de niña en su interior.

El hallazgo se produjo en el marco de la investigación de Inga Gehricke. La pequeña, conocida como la Maddie alemana, tenía 5 años y desapareció en 2015 durante la celebración de una barbacoa en una zona boscosa de Stendal (Alemania). Se da la circunstancia de que este lugar está apenas a 80 kilómetros del cobertizo donde Brueckner tenía el mencionado zulos secreto. Mantenía conversaciones monstruosas con otros pedófilos en un chat y admiraba a personajes tenebrosos como Josef Fritzl, el monstruo de Amstetten.

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