
La investigación sobre Matías Jurado, detenido en la provincia argentina de Jujuy, ha confirmado la existencia de una cuarta víctima cuyos restos fueron hallados en su vivienda. El hombre, de 37 años, se encuentra acusado formalmente de dos homicidios y es investigado por su posible participación en al menos otros tres. Las pesquisas, que comenzaron a principios de agosto, han dejado al descubierto un patrón criminal de extrema violencia contra personas en situación de calle.
El fiscal regional Guillermo Beller informó a EFE que los análisis de ADN identificaron a dos de las víctimas: Jorge Omar Anachuri, de 68 años, y Sergio Sosa, de 25. Ambos eran indigentes y desaparecieron semanas antes del hallazgo. Jurado afronta por estos casos una acusación de homicidio agravado por ensañamiento. A los perfiles ya cotejados se suma ahora un cuarto resultado positivo, mientras que un quinto perfil genético continúa pendiente de identificación, a la espera de los informes finales.
Pruebas forenses
Los estudios están siendo realizados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que se incorporó a la causa el 18 de agosto. Hasta el momento, los especialistas han analizado más de 200 elementos recogidos en el domicilio del acusado, entre ellos fragmentos óseos, tejidos, manchas de sangre y herramientas cortantes. En el lugar también se incautaron sierras, una pala excavadora, bolsas, ollas y restos humanos hallados incluso en los recipientes de comida de los perros de Jurado.
En paralelo, los investigadores lograron localizar a la expareja del acusado, considerada una testigo clave. "No podíamos dar con ella y era fundamental recabar su testimonio", declaró el fiscal Beller al medio local Somos Jujuy. El Ministerio Público Fiscal tomó declaración a la mujer la semana pasada, aunque no trascendió el contenido de sus palabras. Las autoridades subrayan que su aporte puede ayudar a reconstruir con mayor detalle el modus operandi del sospechoso.
Otras desapariciones investigadas
Las pesquisas también apuntan a que Jurado podría estar relacionado con la desaparición de otros tres hombres sin techo: Carlos González, de 60 años; Juan José Ponce, de 51; y Miguel Ángel Quispe, de 60. Sin embargo, los primeros estudios han descartado que los restos hallados en la vivienda correspondan a estas personas, lo que mantiene abiertas varias líneas de investigación. La Fiscalía no descarta que existan más víctimas aún no identificadas.
Según el relato del sobrino del acusado, un menor de 16 años que convivía con él, Jurado atraía a personas en situación de vulnerabilidad ofreciéndoles alcohol o trabajos ocasionales. Una vez dentro de la casa, las asesinaba, descuartizaba sus cuerpos y los carbonizaba. Parte de los restos eran enterrados en distintos sectores de la vivienda, mientras que otros se desechaban en bolsas de basura llevadas a basurales cercanos. El joven aseguró además que su tío le pedía que se ausentara durante horas cuando recibía a las víctimas.
Escenario del crimen
La inspección de la vivienda, situada en la calle 8 de Marzo del barrio Alto Comedero, mostró un escenario compatible con estas prácticas. Los peritos hallaron colchones con huellas de quemaduras, muebles fuera de lugar y prendas de ropa amontonadas. El registro de la cocina reveló la presencia de herramientas de excavación que podrían haber sido utilizadas en las tareas de enterramiento, así como recipientes metálicos con rastros de combustión.
Jurado permanece recluido desde el 6 de agosto en el Servicio Penitenciario nº 1 de San Salvador de Jujuy, en el pabellón 4 del penal. Fuentes penitenciarias señalaron que "no habla con nadie, no recibe visitas y solo sale una vez al día para tomar sol". La Justicia ha ampliado progresivamente los cargos en su contra, que en un primer momento se limitaban a un homicidio y ahora incluyen al menos dos asesinatos confirmados, además de los perfiles aún pendientes de identificación.

