
La Dirección de Seguridad de la ciudad libia de Bengasi ha informado del hallazgo de los cuerpos de siete hermanos —de entre 5 y 13 años— dentro de un vehículo junto al cadáver de su padre, quien se habría suicidado después de asesinarlos. El suceso, ocurrido en el este del país, ha provocado una gran conmoción en la opinión pública mientras continúan las investigaciones oficiales.
El hallazgo de los cadáveres
Según los datos difundidos por las autoridades, seis de los niños han sido asesinados con un disparo en la cabeza, mientras que el séptimo ha sido hallado en el maletero del vehículo con signos de tortura. Castigos físicos que, de acuerdo con las primeras pericias, le habrían sido infligidos un día antes de su muerte.
El general Salah Ahmed Houidi, responsable de la investigación, ha explicado que el hallazgo se produjo tras una alerta ciudadana. Varios vecinos notificaron la ausencia prolongada de los menores en la escuela, lo que ha llevado a los agentes a inspeccionar la zona residencial donde vivían. Dentro de un vehículo estacionado en las inmediaciones se han encontrado los ocho cuerpos, en una escena que las autoridades calificaron de "extremadamente violenta".
Los investigadores han indicado que "dos o tres de los menores llevaban uniforme escolar", lo que sugiere que el ataque ha ocurrido en un momento próximo a la hora de entrada al colegio. Todos los cuerpos han sido trasladados al hospital de Bengasi para la realización de autopsias y análisis balísticos.
Se suicidó tras los asesinatos
De acuerdo con la versión preliminar, el padre, de unos cincuenta años, ha disparado contra sus siete hijos con su propia arma de fuego y posteriormente se ha quitado la vida utilizando la misma pistola. Los agentes han encontrado el arma junto a su cuerpo, en el asiento delantero del vehículo.
El general Houidi ha señalado que, según las declaraciones de la madre de los menores, el hombre residía únicamente con sus hijos desde hacía meses, después de que ella abandonara el domicilio familiar tras un conflicto conyugal.
La mujer ha relatado que su esposo mantenía un comportamiento violento y castigaba con frecuencia a los niños, especialmente al mayor, que presentaba signos de tortura y golpes previos a la muerte.
Trastornos, magia y brujería
El jeque al Senussi al Hleiq al Zoui, jefe del Consejo Supremo de las tribus Zway, ha declarado que el hombre responsable de la masacre "sufría graves problemas psicológicos" y que, según familiares y testigos, "había recurrido a prácticas de magia y brujería".
En declaraciones al portal Al Wasat, el líder tribal ha explicado que el padre vivía aislado tras separarse de sus esposas y mostraba signos evidentes de inestabilidad mental. Al Zoui ha afirmado que su tribu sigue de cerca la investigación en coordinación con las autoridades competentes y ha destacado "los esfuerzos de las fuerzas de seguridad para esclarecer las circunstancias del crimen".
El jeque ha confirmado además que, según las investigaciones iniciales, el padre ha sido el único responsable del asesinato de sus siete hijos, sin participación de otras personas.
La investigación de la Fiscalía
La Fiscalía General de Libia ha asumido la investigación en colaboración con la Dirección de Seguridad del Este del país. Los agentes están recopilando pruebas balísticas, testimonios y análisis forenses para determinar con precisión el momento y las circunstancias de los homicidios.
El general Houidi ha afirmado que en las próximas horas se publicará un informe oficial con las primeras conclusiones y ha pedido a los ciudadanos no difundir versiones no contrastadas. El caso ha suscitado un amplio debate en redes sociales sobre la protección a la infancia y la violencia doméstica en Libia.
Las autoridades locales han asegurado que se reforzará la vigilancia en torno a familias con antecedentes de maltrato, en coordinación con servicios sociales y centros educativos, con el fin de prevenir sucesos similares.


