
Lesiones físicas y psíquicas, amenazas, trato degradante y agresiones sexuales son algunos de los delitos de los que se acusa a los padres de los ocho menores que vivían en la conocida como 'casa de los horrores' de Colmenar Viejo. Un médico del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y su mujer que fueron detenidos en marzo de 2023, después de que una de sus hijas denunciara los malos tratos que ella y sus hermanos habían recibido durante años.
Cuando los niños fueron liberados, la vivienda presentaba un estado de "insalubridad" —todas las dependencias menos el despacho del padre— y los menores se encontraban en una "grave situación de desamparo", según el comunicado que emitió la Guardia Civil para informar de la intervención. Los agentes también pudieron constatar que los niños faltaban habitualmente a clase, para —reveló la posterior investigación— que nadie viera las señales de las palizas.
El letrado de la Comunidad de Madrid ha presentado un escrito de acusación contra el doctor —que responde a las siglas D.S.S.— y su esposa —M.P.B., presunta conocedora y consentidora de los hechos— de 56 páginas, en las que se detallan los abusos y malos tratos que los menores —de entre 4 y 14 años— aseguran haber sufrido durante años y que fundamentan la petición de 266 años y 9 meses de cárcel para el padre y de más de 180 años de prisión para la madre.
Los abusos sexuales
El texto recoge el "clima de terror y humillación" en el que habrían crecido los niños debido a los malos tratos —tanto físicos como psíquicos— que recibían continuamente, particularmente los tres hermanos mayores —dos hembras y un varón—, a los que solía encerrar en el sótano y someter a abusos sexuales, al menos desde que "podían conscientemente, por razón de edad, interactuar con sus padres".
El acusado, señala el escrito, obligaba a las menores de 12 y 13 años a ver porno sin quitar la vista de la pantalla y a realizar determinadas prácticas de índole sexual —como hacerle felaciones o tocarle el pubis a su madre— con el objetivo de "generarles rechazo a la sexualidad", indica el letrado. Además, él mismo les hacía exploraciones ginecológicas —introduciéndoles los dedos en la vagina— para comprobar si seguían siendo vírgenes.
Las palizas
El médico golpeaba y pateaba a sus hijos con cualquier pretexto. Desde depilarse a usar las redes sociales, pasando por ver la televisión o masticar con la boca abierta. Los menores narran episodios en los que el hombre les pegaba —en ocasiones, desnudos— usando rodillos de madera, cucharas de cocina o sacacorchos.
A su hijo mayor le habría tirado por las escaleras cuando tenía 5 años de edad por romper un juguete. Tras las palizas, han relatado los niños, les obligaba a quedarse en casa y a no ir al colegio para ocultar las lesiones que les había causado y por las que, en varias ocasiones, tuvieron que ser atendidos en el hospital de La Paz.
El papel de la madre
Entretanto, la madre se posicionaba "siempre a favor de su cónyuge, justificando cada uno de sus actos violentos", afirma el letrado. Además obligaba a sus hijos a "mantenerlo en secreto" añade. Tanto es así que llegó a presionar a la niña que denunció los hechos —propiciando la detención y encausamiento del matrimonio— para que cambiara su versión, añade en el escrito de acusación. La llamó "garbanzo negro" y la encerró hasta la vista judicial.
Los hechos descritos han dejado cicatrices y un "profundo daño emocional" en los menores, provocándoles síntomas ansioso-depresivos, problemas conductuales o déficit de autoestima, e incluso ideas de suicidio en uno de los casos. Por este motivo, el letrado de la Comunidad de Madrid pide que sus padres les indemnicen con un total de 2,6 millones de euros (1,5 el padre y 1,1 la madre).


